sábado, 19 de mayo de 2007

Hierápolis: poema de Javier Díaz Gil


La ciudad de Hierápolis fue establecida por Eumenes II, rey de Pérgamo, alrededor de 180 adC. Se destruyó después de un terremoto durante el reinado de Tiberio en el año 17. La ciudad fue reconstruida, y tuvo significativas transformaciones en los siglos II y III que le hicieron perder todo su antiguo carácter helenístico para convertirse en una urbe típicamente romana. En ese período, se convirtió en importante centro de descanso veraniego para los nobles de todo el Imperio, que acudían a ella atraídos por las aguas termales. Muchos de los nobles que morían eran sepultados en la extensa necrópolis que aún se conserva. Posteriormente bajo dominio bizantino, cayó en poder de los selyúcidas en 1210 bajo Giyasettin Keyhusrev. Fue destruida completamente por un terremoto en 1354.

En mi reciente viaje a Turquía visité sus ruinas, las tumbas que se conservan, las que fueron de los ricos. Las tumbas de los pobres no existen porque eran enterrados directamente en la tierra, sin más adorno que la propia tierra.

En ese lugar escribí un poema el que aquí os dejo:


HIERÁPOLIS

Sólo las tumbas de los ricos
sobrevivieron al tiempo.
La piedra labrada,
el túmulo, el panteón majestuoso
siguen contemplando a los vivos.
Sus esqueletos ahora presiden
vitrinas de museos,
portadas de libros y postales:
cuerpos sacados de sus nichos.
Las tumbas de los pobres,
-sólo tierra-
guardaron sus restos
y fueron para siempre tierra.

La primavera está brotando
en las ruinas de Hierápolis.

Cubriendo las tumbas de piedra,
de la tierra brota la sangre.

(Como un grito antiguo
que cubre el horizonte
-reconozco su presencia-
la fiebre roja
de las amapolas.)

© Javier Díaz Gil

1 comentario:

Anónimo dijo...

o sea qu tu me estás explicando de lo que se tratra el poema?
y para que escribiste el poema?