QUEDA EL HUMO
Veíamos iluminarse
la noche
a través
de la ventana.
Durante cinco días
se pobló el aire
de luces y estallidos
de cadencia
y asombro.
De fuego.
La pólvora no es muerte
amenazando
mis ojos.
La pólvora no es muerte
y su disparo
dibuja flores
en la ventana
que caen
lentas
como una
lluvia
de silencio.
Nos queda el humo
testigo
de la belleza.
Javier Díaz Gil
30 de junio de 2024