jueves, 20 de marzo de 2008

Mitología: Ícaro, el intento de llegar al Sol

Ícaro cayendo ante su padre Dédalo

Ícaro, en la Mitología griega, representa el desafío, pero también la inconsciencia, la relación del padre y del hijo, la desobediencia de los peligros que conoce el padre y que el joven desafía.
Siempre en la Mitología, el desafío a los dioses se paga con un duro castigo. Ícaro lo pagó con su vida. Quiso volar más alto, tocar el sol. El sol deshizo la cera de sus alas y cayó al mar.

Hay dos lecturas en el Mito de Ícaro, el desafío a los dioses (volar hasta alcanzar el sol) y la inconsciencia ante el consejo del padre. El padre, entendido también como el que posee la experiencia, la sabiduría.

Pero, personalmente, no quiero quedarme con la falsa conclusión de "evitemos el desafío".

Elijo, Ícaro, el desafío pero junto a la sabiduría de hasta dónde podemos llegar, intentando conocer bien el arte o el artificio que hemos inventado para volar (la tecnología, la fuerza, la paciencia...) para no caer.

Me queda claro que no es igual ambición y desafío.

La ambición nos ciega, el desafío nos ilumina.

Es agradable releer el mito de Ícaro y de su padre, Dédalo. Su relación con Creta y el Minotauro. La sabiduría de Dédalo, pero también sus celos ante los que le aventajaban en sabiduría.

Os invito a hacerlo. Os dejo aquí el relato mítico de Ícaro y Dédalo. Disfrutadlo:
(Tomado de http://mitologiagrecorromana.idoneos.com/index.php/316443)


Dédalo era un artista e inventor ateniense que había aprendido su arte con la diosa Atenea en persona. Sin embargo, le aventajaba su sobrino Talos, el cual siendo aún muy jóven, inventó la sierra, el torno de alfarero y el compás. Celoso, Dédalo arrojó a Talos desde el tejado del templo de Atenea y lo mató. Por esa razón fue desterrado hallando refugio en la corte del rey Minos, don de tuvo, con una joven esclava un hijo al que llamaron Icaro.

Después de que Teseo matase al Minotauro, Minos encerró a Dédalo y a Ícaro en el laberinto. La única forma de escapar del laberinto era por el aire, ya que no tenía techo, por lo que Dédalo, construyó dos pares de alas con plumas y cera. Luego de decirle a Ícaro que no volase cerca del sol, para que la cera no se derritiese, ni demasiado cerca del mar, para que las plumas no se mojasen, ambos partieron volando. Pero ante la exultante libertad, Icaro olvidó los consejos de su padre y voló tan alto que el sol derritió sus alas y se precipitó al océano, donde murió.

Dédalo llegó a salvo a Sicilia y se refugió en la corte del rey Cócalo. Minos lo persiguió, pero Dédalo, habiéndose instalado en el palacio de tuberías de agua caliente, lo mató hirviendo el agua mientras éste tomaba un baño.

domingo, 16 de marzo de 2008

Presentación revista nº 23 "Luces y Sombras" en Getafe 26/02/2008

El pasado 26 de febrero de 2008 presentamos en Getafe, tal como anunciaba en la entrada de este blog el jueves 14 de febrero Presentación nº 23 revista de artes y letras "Luces y Sombras" la revista "Luces y Sombras".
En la Sala de Conferencias del Teatro García Lorca del Ayuntamiento de Getafe (Madrid-España) compartimos mesa Jesús Jiménez Reinaldo, Esperanza Párraga y yo mismo.
Leímos poemas y presentamos nuestras secciones.
El trabajo de selección de textos, de la obra gráfica que ilustra la revista, y de edición se ve compensado en estos actos de presentación en los que el público participa y conversa con los autores haciéndose parte también de la revista.

Pudimos escuchar a alguno de los escritores participantes en este número: David Lerma Marínez y Rocío Díaz Gómez.

David Lerma, durante la lectura de su relato
Rocío Díaz Gómez durante su intervención
Quiero agradecer al público asistente su compañía y al Ayuntamiento de Getafe su gentileza al acoger nuestra revista.

Si estáis interesados en recibir la revista podéis pedirla a la editora: Fundación Mária del Villar de Tafalla (España) a través del correo electrónico: mariadelvillar@wanadoo.es

Para terminar, dejo aquí un video de esa presentación, el de mi lectura de uno de mis poemas, incluido en este número 23 de "Luces y sombras".
Se trata del poema "Decir perfecto". Os incluyo el texto y el vídeo.
Un abrazo.

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DECIR PERFECTO
“Después de nada, o después de todo,
supe que todo no era más que nada.”
(José Hierro)

La tarde
se nutre de mentiras.

Nada está limitado.

La luz,
qué importa sea la de marzo,
–la de este marzo humilde
y de silencio–
esconde en sus entrañas a la noche.


¿Dónde hallar las palabras que me crean?



En esta sombra
declaro la certeza:
Decir perfecto
es decir nada.


(A José Hierro)

© Javier Díaz Gil

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jueves, 13 de marzo de 2008

"Desde la sombra", un poema de Javier Díaz Gil




DESDE LA SOMBRA


Desde la sombra
te escribo

no sé amarte

de otro modo.



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© Javier Díaz Gil
Marzo 2008

martes, 11 de marzo de 2008

La casada infiel: Federico García Lorca

Federico García Lorca (derecha) hacia 1928.

El pasado domingo 9 de marzo de 2008, asistí a un espectáculo dentro del XVII Festival de música antigua y sacra de Getafe, llamado "Coloquio poético musical" atraido por los poetas de los que se iban a leer poemas (Lope de Vega, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rosalía de Castro, Alfonsina Storni, Rafael Alberti, Gabriela Mistral, Rubén Darío…) y por las voces de dos grandes actores españoles que los leerían: Manuel Galiana y María Jesús Valdés.

Fue memorable. Recomiendo el espectáculo con el piano de fondo interpretando (Sonia Rivas-Caballero) las melodías de compositores como Manuel de Falla, Enrique Granados, Antón García-Abril, Joaquín Rodrigo, Isaac Albéniz, Ariel Ramírez…

Pero quizá lo que más disfruté fue la lectura de Manuel Galiana del maravilloso poema de Lorca "La casada infiel". Volver a escuchar versos e imágenes tan difícil de superar y tan del mundo lorquiano como: "Se apagaron los faroles / y se encendieron los grillos. / En las últimas esquinas / toqué sus pechos dormidos, / y se me abrieron de pronto / como ramos de jacintos."

O estos otros: Sus muslos se me escapaban / como peces sorprendidos"


Merece la pena volver a leer este poema, incluido en su libro "Romancero Gitano" de 1928, cuando el poeta contaba 30 años. Un romance (sus octosílabos son pura música) tan sensual, tan lleno de imágenes, como decía antes, inolvidables ("Sucia de besos y arena...").


La casada infiel

Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua me
sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían las
espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
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(Puedes leer otra entrada en este mismo blog sobre Lorca publicada en julio de 2007 en "Federico García Lorca")

sábado, 1 de marzo de 2008

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar marzo 2008



LOS PIES DESCALZOS DE LAS HOGUERAS

Llueve.
Bajo los paraguas
las prostitutas ofrecen su piel iluminada
a los faros de los automóviles.

La noche es una negra cortina
en la que arden los pies descalzos
de las hogueras.

Busco una respuesta
en los ojos del frío.

Una respuesta.

La carne que ardió
se ha convertido en humo.

© Javier Díaz Gil
Febrero de 2008