LUZ ENCENDIDA
Es tu cuerpo quien me
habla
y me ofrece refugio
con los brazos
extendidos
y tendida la mirada.
Tus piernas acogedoras
son una puerta abierta
cuando la noche amenaza
y el silencio es un
crujido
de huesos astillados.
Levanto hacia ti mi
rostro.
Solo el que huye
-luz
encendida-
no regresa jamás.
Javier Díaz Gil
25 de
mayo de 2019