Javier Díaz Gil, David Lerma Martínez
y José María Herranz en Libertad 8
Ayer, lunes 23 de enero de 2017, celebramos en el café Libertad 8 la presentación de una novela excepcional "Tiempo de orquídeas", de un autor también excepcional, David Lerma Martínez. Una novela grande que merece trascender y que se conozca. Un gran libro que se centra en un periodo clave de la transición española: del 24 de enero de 1977 a abril de ese año. 24 de abril, fecha (de la que hoy mismo se cumplen 40 años) del asesinatos de los abogados de Atocha.
Tras la presentación inicial de José María Herranz (poeta y editor) y de la mía propia, ocuparon la mesa la escritora Rocío Díaz que leyó algunos pasajes de la novela y el autor, David Lerma, que nos descubrió algunos detalles de la obra y nos habló del proceso de la escritura. Fue fantástico. Una tarde memorable.
Como hago habitualmente quiero dejar constancia en mi blog, a continuación, del texto de mi presentación:
Tiempo de orquídeas
David Lerma Martínez
Para mí es una alegría formar parte de esta presentación, apadrinar de algún modo, la publicación de una novela de David Lerma. Conozco a David desde el año 1996. Estaba convencido desde hace todos esos años que la buena literatura, el buen oficio de David tendría como recompensa algún día la publicación de su obra. Y ha sucedido y es justo que pueda disfrutarla todo el público lector.Esta novela que nos ha ido leyendo su autor en la Tertulia mientras la estaba escribiendo ahora ya es un libro. Muchas veces digo que en la Tertulia tenemos la fortuna de ver nacer y crecer libros. Este “Tiempo de orquídeas” es uno de esos milagros que gracias a la editorial Poeta de Cabra es una realidad.David Lerma Martínez, nació en Madrid el 3 de junio de 1972. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense (Madrid). Ha publicado relatos en varias revistas de ámbito local y nacional, como Rascamán, que editábamos en el Taller de Literatura que yo dirigí en el Centro Cultural “Ágata” de Villaverde Alto (Madrid), en La Buena Letra, de la Asociación de Escritores de Fuenlabrada (Madrid), o Luces y Sombras, de la Fundación María del Villar Berruezo de Tafalla (Navarra). Asimismo, ha publicado varios relatos en los Certámenes literarios anuales Ciudad de Getafe. Ha logrado el Primer Premio del Concurso Relatos desde mi barrio, convocado por la Asociación de Vecinos Los Rosales, de Villaverde Bajo (Madrid). Además, ha participado en diversos recitales literarios y poéticos organizados por el Centro Cultural Ágata de Villaverde Alto (Madrid), y el Club Literario “Amargord” de Madrid. Es autor de las novela Soñadores (2008) y Tiempo de Orquídeas (2013), la primera de ellas aún inédita. Forma parte de la muestra itinerante Poesario: Huesos y Literatura, que ha sido expuesta en diversos cafés y centros culturales de Madrid y en esta misma Biblioteca, con la pieza que lleva por título Hambre. Es miembro de la Tertulia Literaria Rascamán, que se reúne semanalmente en Madrid.David Lerma es narrador de profundidad. Escritor de novelas y relatos en los que su mirada y su idea sobre el mundo se trasladan a sus personajes y a las situaciones que nos plantea. Eso sucede con Tiempo de orquídeas.Aunque el novelista se empeñe en decir lo contrario, es inevitable (en poesía por supuesto y también en novela) que el pensamiento y el sentimiento del autor forme parte de la obra. Vida y obra son la misma cosa. La biografía de un escritor es la sucesión de los textos, de los libros que ha escrito.Por eso, el protagonista de esta novela, Miguel Soto, expresa en ocasiones el pensamiento, también el sentimiento del autor. Podría ser Soto un antihéroe si no fuera porque los héroes no saben que lo son hasta que se presenta la oportunidad de serlo. El compromiso y el sacrificio son la pasta de la que está hecho nuestro protagonista.Personajes bien perfilados, verosímiles, que se acoplan perfectamente unos a otros y que consiguen un conjunto armonioso por el que David Lerma nos lleva con mano firme desvelando la trama, haciendo avanzar la novela y su desenlace. Soledad, Sol, es la coprotagonista femenina, que tanto influirá en Soto. Personaje que conocemos con su nombre propio, destacándolo del resto. Frente a los personajes corales que David Lerma identifica, dejándolos en un segundo plano, nombrándolos tan sólo con sus apellidos: Romero, Téllez, Serrano y Yáñez, seres oscuros y siniestros que pueblan muchas oficinas (a poco que pensemos conocemos todos a algún Romero, Téllez, Serrano o Yáñez) y que son claves en el libro.“Tiempod e orquídeas” es un libro arriesgado. Es arriesgado contar una historia situada en la transición española. En un momento clave como es el asesinato de los abogados de Atocha, en enero de 1977. Una época en la que nuestro autor tenía tan sólo 5 años. Escribir de un tiempo que no has vivido requiere investigación, requiere acudir a la memoria de tus mayores, requiere oficio. Recrear cómo era el Madrid de 1977, cómo vestían los personajes o como hablaban, hacernos entrar en sus pensamientos y hacerlo bien no es sencillo. David Lerma lo consigue. El tiempo narrativo, la acción principal de la novela, transcurre de enero a abril de 1977, cuatro meses claves. Los hilos del tiempo histórico (el asesinato de Atocha, los crímenes de ETA, la legalización del PCE…) se entrelazan con sabiduría con la intrahistoria: la relación entre los personajes, su pasado, su presente, sus miedos, sus certezas, las calles de Madrid, sus habitantes… El tiempo histórico del pasado de Soto -excelentemente narrado- que explica su presente (Franco, la cárcel, el sufrimiento, las pérdidas…) es otro de los hallazgos del libro.Dice David Lerma que la escritura es el territorio en el que él se siente libre. El escritor crea y mueve a sus personajes con libertad, les hace decir lo que piensa, olvidando lo que pueda ser políticamente incorrecto. El territorio de la ficción es el territorio de la libertad. Esa libertad, otro hallazgo más, la transmite al lector y consigue hacernos cómplices de la trama y de los personajes.Publicar una novela, un libro de poemas debe ser un acto de compromiso con el lector. No se debe entregar al lector un libro en el que no hayas dado el 100% de tu oficio: la escritura seria y trabajada, las innumerables correcciones, la sabia construcción de personajes y de tramas, la elección del narrador, el reparto de materiales en los capítulos, la consciente ubicación del conflicto en la novela y en cada uno de los capítulos y su resolución… En definitiva, escribir un libro no es sólo contar una historia, es saber valerse de la técnica, apoyarse en el trabajo que hay previo: el sabio oficio de escritor.David Lerma cuida todo eso y esta novela es una demostración de ello. El avisado lector disfrutará de los diálogos, de los monólogos interiores y las digresiones, de las descripciones y de cómo se crean los espacios, del tacto y de los olores que se respiran, de la vida… Y disfrutará leyendo una historia que le atrapará desde la primera página. Una historia con minúscula que construye, sin duda, la Historia con mayúsculas.No debo desvelar más sobre el libro, sobre su argumento. Pero permíteme, David, que cite lo que uno de los personajes, esos siniestros Romero, Téllez, Serrano o Yáñez dicen sobre la poesía y los poetas y que define la mirada de ellos sobre el mundo:Cito literal:“Cuando le sacaron del coche, no paraba de decir que no estaba haciendo nada, que iba a una cita con su novia, que él solo escribe poemas, nada más. Vamos, que es poeta…-O sea, un inútil. Macho, ¿por qué será que a todos los inútiles les da por lo mismo?”
David, sonreí cuando leí este pasaje.Una excelente novela que merece vuestra atención. Que merece que la leáis y que si os gusta (estoy seguro de que va a ser así) la recomendéis porque leer a David Lerma va a ser para vosotros un verdadero hallazgo.