En julio de 2005 colaboré como voluntario con SETEM, una ONG de Madrid, y viajé a el Salvador. El objetivo era convivir con ellos y no tanto poder enseñarle cosas nosotros, sino aprender de ellos.
Allí escribí algunos poemas que permanecen inéditos y que ojalá vean la luz algún día.
Quiero dejar aquí uno de ellos, el que escribí a Cinthia, la niña de la foto, cuyos ojos eran aún más profundos que su sonrisa.
Quién sabe si desde Nueva Trinidad, su población salvadoreña, ella lo pueda leer algún día.
De Cinthia también aprendí.
Os copio aquí el poema:
ll
YA NO PUEDES PEINAR MI CABELLERA...
Ya no puedes peinar mi cabellera,
decidiste cruzar el horizonte.
No hubo sombra que tanto te cubriera
ni canto más terrible de sinsonte.
En sueños cruzarás esta frontera
para ser una nube en que me monte
que resuelva por siempre este dilema:
ser tu luz
o la sombra en un poema.
© Javier DIAZ GIL
8 de enero 2006
2 comentarios:
Tremendo dilema, sí, no sabe uno si quedarse con tu poema, con sus ojos, con la foto o con ese regalo generoso de ser voluntario y aprender de los demás.
Precioso dilema para una noche.
Un abrazo
Victoria
Los ojos de Cinthia eran inmensos. De 2007 nada menos es esta entrada. Hay poemas que siguen muy vivos con el paso del tiempo. Este por ejemplo. Gracias por tu lectura, Victoria.
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