EL QUINTO
ELEMENTO
Para Esther Giménez
La extrañeza
y la confusión
te mantienen
vivo.
La
curiosidad ya no sirve.
Descubriste
Que el deseo
ya no mueve el mundo.
Que solo lo
inesperado tiene
la capacidad
absoluta de la sombra.
Los ojos extremadamente
atentos, tus oídos gastados.
La temeridad
del trueno y del espejo.
La espera
necesaria.
Llegarás a
la realidad invisible
de las
cosas.
Mas detrás
de lo invisible está la nada.
Y alcanzarás,
perplejo,
la certeza más
triste:
la imposibilidad de que existas,
la imposibilidad
de hallar
al fin
el quinto elemento.
© Javier Díaz Gil
21 de
septiembre – 31 de marzo de 2013
4 comentarios:
No sé, en ocasiones esa certeza, esa nada tras lo invisible, es lo que nos permite seguir.
De nuevo me quedo enganchado en tus versos, aunque probablemente no soy objetivo, sabes que eres una referencia para mí.
Abrazos, siempre
Muchas gracias querido Armando, eres muy generoso. La admiración es mutua y admiro a mi vez tu poesía. Un abrazo, poeta.
Javier
Me gusta el Quinto Elemento, Javier. Vengo al leerlo de vez en cuando. Me deja pensando en lo inesperado y la capacidad absoluta de la sombra.
Suerte que sí existes y nos dejas estos trucos en los bolsillos, un mes de abril cualquiera.
Un abrazo
Victoria
Muchas gracias Victoria. El poeta se hace preguntas. La velocidad, la prisa, la búsqueda, la sorpresa, lo que ya no existe. Lo que hay y no hay más allá de la sombra. Y comparte así sus dudas y sus certezas con el mundo y el lector. Buscando complicidad, quizá buscando no estar solo.
Gracias por leerme.
Un beso grande Victoria.
Javier
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