domingo, 1 de noviembre de 2009

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar Noviembre 2009


THERESE REVANT (BALTHUS)



Nunca esperé tu mirada.

Como bocas de plomo
las estatuas saben del dolor de los besos.
Mis piernas son dos luciérnagas en la noche,
mis brazos se entregan
al grito de las acacias.

(Hay formas de naufragio
que no conocen los esclavos.)

Una sentencia de piel adivinada
me acompaña mientras nace la sal.

Esto es nada.

Vuelve ahora tu rostro
si deseas mi muerte.

© Javier Díaz Gil
Noviembre 2009

4 comentarios:

Mariló Rivera dijo...

...De la muerte se renace, buscando nuestro rostro, entre esos otros que quedan, cuando fuimos esclavos
de nosotros...

Javier Díaz Gil dijo...

Interesante reflexión que interpreta mi poema.
Te lo agradezco Mariló

Un beso
Javier

Rocío Díaz Gómez dijo...

"Mis piernas son dos luciérnagas en la noche" ¿Por qué me gusta tanto este verso? Es tan, tan sugerente... Un beso, Rocío

Javier Díaz Gil dijo...

Gracias Rocío.

Es que son dos luciérnagas ¿verdad?. Fíjate.

Un beso