THERESE REVANT (BALTHUS)Nunca esperé tu mirada.
Como bocas de plomo
las estatuas saben del dolor de los besos.
Mis piernas son dos luciérnagas en la noche,
mis brazos se entregan
al grito de las acacias.
(Hay formas de naufragio
que no conocen los esclavos.)
Una sentencia de piel adivinada
me acompaña mientras nace la sal.
Esto es nada.
Vuelve ahora tu rostro
si deseas mi muerte.
© Javier Díaz GilNoviembre 2009
...De la muerte se renace, buscando nuestro rostro, entre esos otros que quedan, cuando fuimos esclavos
ResponderEliminarde nosotros...
Interesante reflexión que interpreta mi poema.
ResponderEliminarTe lo agradezco Mariló
Un beso
Javier
"Mis piernas son dos luciérnagas en la noche" ¿Por qué me gusta tanto este verso? Es tan, tan sugerente... Un beso, Rocío
ResponderEliminarGracias Rocío.
ResponderEliminarEs que son dos luciérnagas ¿verdad?. Fíjate.
Un beso