DE LO INGRÁVIDO
Por un momento
hago desaparecer
la pasarela que a cinco metros del suelo
atraviesa las vías y el silencio.
Sobre el aire,
-no se han dado cuenta-
caminan los viajeros, empujan
sus maletas, con su vista fija
hacia delante.
Antes de que noten nada
vuelvo a colocar bajo sus pasos
la superficie leve del cemento.
Es extraño que nadie sea consciente
-bastará perder el miedo-
de esta falsa gravidez que nos sustenta.
© Javier Díaz Gil
25 de febrero de 2014
4 comentarios:
Quizás atemorice más la ingravidez.
Qué reconocible resulta, en estos excelentes versos, tu concepto poético.
Abrazos, siempre
Querido Armando, gracias por tus palabras. La ingravidez empieza a ser liberación pero es necesario rebresar a la tierra, tocar el suelo. Pero sentirse pájaro. Un abrazo querido amigo.
Javier
Lo que nos hace caminar sobre lo ingrávido es leer este poema. Por un momento, como tu dices,
nos hace volar y hasta perder el miedo.
Gracias por este regalo para empezar marzo.
Gracias inuk, Victoria, gracias por tus palabras y por tu aliento. Podemos volar y lo sabemos. Un beso amiga.
Javier
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