domingo, 1 de febrero de 2015

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar febrero 2015




ALCORQUES

Han quitado los tres árboles secos de mi acera.
Son testigos los alcorques vacíos 
y la tierra removida.

Miro a la gente pasar 
y me pregunto si sólo yo
me doy cuenta de su ausencia.

No puedo culparles.

Sé que existen otros mundos
por los que apenas transito.
Mundos ajenos de los que regreso
triste a veces y solo
como un niño perdido.

Mundos en los que amo y sobrevivo
y en los que naufrago amarrado
a pecios que, como yo, flotan a la deriva.
El viento es siempre caprichoso
pero he aprendido a soportarlo.

Trato de mirar 
más allá 
           del propio viento.

Cuando yo ya no esté y deje mi sombra
de posarse en todos los pequeños mundos,
cuando yo ya no esté,
y los huecos vacíos de los alcorques griten
la ausencia de la tierra removida,
¿no habrá una mirada, 
-al menos una-,
que pronuncie
mi nombre?

Javier Díaz Gil
26 de enero de 2015

10 comentarios:

fcaro dijo...

Seres hacia la nada. Jamás nos resignaremos, Javier. La poesía es un arma hacia el futuro.
Un abrazo.

Javier Díaz Gil dijo...

Cierto Paco. No nos resignamos y por ello tenemos la poesía como respuesta o como intento de trascender. De fijar la mirada hacia el futuro como muy bien dices querido amigo.
un abrazo poeta.

Javier Díaz Gil dijo...

Cierto Paco. No nos resignamos y por ello tenemos la poesía como respuesta o como intento de trascender. De fijar la mirada hacia el futuro como muy bien dices querido amigo.
un abrazo poeta.

Pilar Ágreda Santiago dijo...

Los años van pasando, e inevitablemente nuestros pensamientos e inquietudes van evolucionando con el tiempo. Empiezas a pensar que, algún día no estarás aquí. ¿Pronunciará alguien tu nombre? Puedes estar seguro que sí: has dejado tu huella en los libros publicados, en tus tertulias, tus amigos... Y eso queda. Un beso. Pilar

Javier Díaz Gil dijo...

Gracias Pilar por tu comentario. Dejar huella, dejar memoria de uno en los que se quedan, vencer a la muerte. Dicen que no muere aquel que sigue vivo en la memoria de los demás. Pero al final lo que importa es vuvir e intentar hacer un poco más habitable y feliz el mundo. Un beso grande querida amiga.

Eloisa Pardo dijo...

D. Javier, entre los placeres que me supuso asistir a la presentación de Frágil de nuestra amiga común Adriana, fue, sin duda, conocerle personalmente, aunque ya le conocía a través de sus poemas. Suerte y espero coincidir en más ocasiones. Para que me enseñe, para aprender. Un saludo.

Eloisa Pardo dijo...

D. Javier, entre los placeres que me supuso asistir a la presentación de Frágil de nuestra amiga común Adriana, fue, sin duda, conocerle personalmente, aunque ya le conocía a través de sus poemas. Suerte y espero coincidir en más ocasiones. Para que me enseñe, para aprender. Un saludo.

Javier Díaz Gil dijo...

Eloísa. Muxhas gracias por tu comentario. Fue una alegría también conocerte. Casi vecinos en Zarzaquemada... y saber de tu actividad literaria y tus talleres. Espero que nos encontremos a menudo y sigamos compartiendo amistad y poesía. Un beso Eloísa.

Amando García Nuño dijo...

No te preocupes, compañero. Cuando eso ocurra, los admiradores de tu poesía pediremos al ayuntamiento que coloquen en tu lugar un bolardo.

Abrazos, siempre

Javier Díaz Gil dijo...

Jajaja, gracias Amando, me has hecho reír. Un buen bolardo poético en el que tropiecen de vez en cuando los peatones... no es mala idea, amigo.
Un abrazo grande poeta
Javier