miércoles, 1 de agosto de 2012

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar agosto 2012

QUELÍCEROS


Afilados quelíceros protegen
la prole.

La araña se mantiene estática,
acechando a todo aquél que ose robar
los cientos de huevos que incuba.

Sus dos quelíceros se separan
del cefalotórax,
los colmillos se abren como una navaja plegable.
El veneno, aguja hipodérmica,
está en su cuerpo.

No busca tu carne todavía.
Hipnotizado por sus ojos,
te está llamando desde la sombra.

No escapes.

Siente
su picadura.


© Javier Díaz Gil
24 de julio de 2012