martes, 13 de mayo de 2014

"Helio", nuevo poemario de Ariadna G. García (presentación de Javier Díaz Gil)

Javier Díaz Gil y Ariadna G. García

Ariadna G. García acaba de publicar su quinto poemario: "Helio", con la editorial La Garúa. El pasado jueves 8 de mayo de 2014 tuve la fortuna de presentarle el libro en la Casa del Libro de la calle Fuencarral de Madrid (España). Libro imprescindible. Os dejo aquí el texto de mi presentación. Gracias Ariadna por tu nuevo poemario. Gran poeta. No la perdáis de vista.


Presentación “Helio” de Ariadna G. García
Casa del Libro, (c/ Fuencarral, 119. Metro Bilbao), 19:00.

Quizá, parafraseando el principio de “Cien años de soledad” del recientemente fallecido Gabriel García Márquez, nos ocurra como al coronel Aureliano Buendía que muchos años después, no necesariamente frente al pelotón de fusilamiento, habremos de recordar aquella tarde remota en que Ariadna G. García nos llevó a conocer el Helio.

Porque el Helio es más que el título de este nuevo poemario, el quinto de la autora: el helio es toda una metáfora.

En su poema final de este libro, titulado “Poética” nos habla Ariadna de este gas noble.

         POÉTICA

A cuatrocientos grados bajo cero,
que es la temperatura en el espacio,
todos los elementos
de la tabla periódica se paran.
Sus cuerpos enmudecen.
La vida se congela para ellos.
Sólo uno, el más leve, se resiste
a que el tiempo y el frío lo sometan
a la inacción, al cambio.
Por fuera nos parece que está muerto.
Su piel es de cristal. Pero por dentro,
sus átomos ensayan
una coreografía apasionada.
Lo que fuimos y lo que somos,
Como le ocurre al helio, nos conforma.
La realidad pervive en dos estados
que no son excluyentes.

El Helio se comporta así conviviendo en dos estados al mismo tiempo, es sólido por fuera pero es gas por dentro.

Así, es este libro imagen de su autora. Una autora poliédrica en la que conviven los dos lados de espejo: el pasado y el presente que mira hacia el futuro, el amor y el desamor, el verso y la prosa. También el hielo y su deshielo.

Porque Ariadna sabe, como apunta Jorge Riechmann en el epílogo del libro, que “lo que vale en la vida, lo único que da sentido y valor a ésta es el amor”. Y yo añadiría además del amor, el arte. El dominio de la palabra y la belleza. Los dos pilares esenciales que nos hace más libres y vivos.

Para quien no conozca a Ariadna G. Garcíaesta madrileña nacida en 1977, es necesario que sepan que es licenciada en Filología Hispánica, y que está en posesión del Diploma de Estudios Avanzados. Ha publicado con el que presentamos hoy, ya cinco libros de poemas: Construyéndome en ti (Libertarias. 1997), Napalm. Cortometraje poético (Hiperión. 2001), Apátrida (Hiperión. 2005), La Guerra de Invierno (Hiperión. 2013) y Helio (La Garúa. 2014). Ha ganado los premios Hiperión, Arte Joven de la Comunidad de Madrid e Internacional Miguel Hernández-Comunidad Valenciana. También ha preparado la edición de las antologías Veinticinco poetas españoles jóvenes (Hiperión. 2003; 2ª edición, 2006), Antología de la poesía española (1939-1975) (Akal. 2006) y Poesía española de los Siglos de Oro (Akal. 2009). Ha traducido, junto a Ruth Guajardo, el libro Vivo en lo invisible. Nuevos poemas escogidos, de Ray Bradbury (Salto de Página, 2013).
Su obra ha sido recogida en al menos doce antologías. Recibió una beca de creación en la Residencia de Estudiantes (2001).

Ejerce la crítica literaria en La tormenta en un vaso, Culturamas, Micro-revista y La estafeta del viento. Mantiene un blog: El rompehielos; así como un sección de poesía, La luz de la linterna, dentro del programa Castillos en el aire que emite Radio 21. Es profesora de Lengua y Literatura en un instituto público de Madrid.

Parte de esa biografía la he vivido con ella de algún modo. Conozco a Ariadna desde 1997, hace al menos 17 años. Acababa de publicar su primer libro y participó con 20 años en un premio de poesía en Villaverde Alto, el premio Miguel Hernández, en el que obtuvo un tercer premio y en el que yo era jurado. Su poesía era tan madura que era imposible no fijarse en ella. Nos conocimos entonces y no hemos dejado de compartir amistad y poesía.

Confieso que siempre creí en Ariadna García. Y he observado desde la cercanía su trayectoria. Sus merecidos premios Hiperión por Napalm y el de Arte Joven por Apátrida.

Y ahora, después, este salto cualitativo de sus dos últimos libros, “La guerra de invierno” (premio internacional Miguel Hernández, de nuevo Miguel Hernández en tu camino) y “Helio”.

En este viaje hacia el Helio Ariadna García ha ido cambiando la mirada poética. Pero no su compromiso con la vida, con las libertades civiles, con su poesía.

La mirada de sus tres primeros libros era una búsqueda de su interior, de su crecimiento personal, de su lugar en el mundo. El amor ya aparecía como hilo conductor de esos libros.

En estos dos últimos, Ariadna García explora otros territorios. Es el paisaje de Finlandia, en la Guerra de Invierno, el paisaje de Roma, de Jordania, de Estambul en “Helio” el paisaje que busca nuestra poeta para encontrarse.

Hay un viaje interior en estos últimos libros, es el paisaje un lugar de meditación, de búsqueda y de encuentro.

Hay un crecimiento formal también. El ensayo con nuevas formas de expresión: la prosa poética de La guerra de invierno está en la sección “Lienzo expresionista” de este Helio. Los poemas breves que nos emocionan con el manejo exacto de lo que no se dice y de la palabra elegida:

VELOCIDAD DE LA LUZ

Viajo hacia ti.

El universo empieza a concentrarse.
Mi corazón, en cambio, se dilata.

El cultivo de la forma clásico, el soneto, que se deshace y adapta para poder transmitir la emoción. El clasicismo y la vanguardia.

Como le ocurrió al coronel Aureliano Buendía, tal vez dentro un tiempo recordemos esta tarde en el que Ariadna García nos trajo a conocer el Helio. Nos trajo a conocer este libro imprescindible, poliédrico, que mira hacia adelante y hacia atrás, que es denuncia y compromiso (me encanta el poema “La venda púrpura”), que es expresión de amor y es reconocimiento del desamor y de la ausencia (destacan la serie de cinco memorables elegías). Te haré, Ariadna, una petición: no dejes de leernos el poema Nocturno esta tarde.

Poesía ésta de Helio que como el dios Jano, guarda dos caras: poesía mística de cuerpo y alma, poesía de amor y desamor, de vida.

Lo que importa ya es escuchar a Ariadna García.

Y recuerden:

La realidad pervive en dos estados
que no son excluyentes.



Javier Díaz Gil

Madrid 8 de mayo de 2014






jueves, 1 de mayo de 2014

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar mayo 2014


UNA PIEZA DEL PUZZLE

Guardo un puzzle incompleto.


Quizá debiera deshacerme de él.

El polvo se acumula en la caja que custodia
las piezas de todos los paisajes, los rostros
y los dedos que pueblan
la memoria. El lugar de la certeza
 y del deseo
       que fue mío
                  un instante.

Guardo un puzzle
       al que le faltan piezas.

Pero es el tesoro más inmenso que poseo.

© Javier Díaz Gil
1 de mayo de 2014