lunes, 6 de agosto de 2007

Pedro Salinas o el amor que nos salva.

Pedro Salinas es dentro de la Generación del 27 y junto con Jorge Guillén el poeta del amor y de la exaltación de la vida. Salinas, el poeta del tú. Sus poemas dirigidos a la amada, en segunda persona, en un tono sencillo y directo son la clave de su obra.
Los tres libros de amor fundamentales de Salinas: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento, son fruto del amor del poeta por Katherine R. Whitmore, alumna de Salinas, amor que nació en 1932 durante el matrimonio del poeta y que se mantuvo aun con el regreso de ella a América a través de una relación epistolar.
Dice la biografía de este poeta madrileño, que ejerció la docencia universitaria en Sevilla y murió exiliado en Boston:

Pedro Salinas

(España, 1892-1951)


Nació en Madrid en 1892. Hijo de un comerciante en géneros, Pedro Salinas Elmas, y de Soledad Serrano Fernández. Estudió derecho y filosofía y letras. Su vida estuvo dedicada a la docencia universitaria, que comenzó como lector de español en La Sorbona desde 1914 a 1917; allí se doctoró en Letras y adquirió un gran amor por la obra de Marcel Proust, de cuyo À la recherche du temps perdu tradujo al castellano los tres primeros volúmenes.

Se casó en 1915 con Margarita Bonmatí Botella, una alicantina natural de Santa Pola e hija de un industrial con destilerías en Argel. Salinas le escribió cada día una carta de amor y ese epistolario fue recogido en Cartas de amor a Margarita (1912-1915) por su hija Soledad Salinas; también tuvo otro hijo, Jaime Salinas, editor y escritor, que ha ganado el premio Comillas de biografía por su libro Travesías: Memorias (1925-1955).

En 1918 Pedro Salinas gana una cátedra en la Universidad de Sevilla (donde tuvo como alumno a Luis Cernuda) y entre 1922 y 1923 enseñó en Cambridge; pasó luego a la de Murcia (1923-1925). En 1925 publicó una versión modernizada del Cantar de Mio Cid. En 1926 pasó a la Universidad de Madrid donde fundará en 1932 la revista Índice Literario para dar cuenta de las novedades literarias hispánicas. También escribió en Los Cuatro Vientos. Entre 1928 y 1936 fue investigador del Centro de Estudios Históricos, donde se encargó de la sección de literatura moderna.

Fue nombrado profesor de la Escuela Central de Idiomas y secretario general de la Universidad Internacional de Verano de Santander. Allí conoció en el verano de 1932 a una estudiante norteamericana, Katherine R. Whitmore, que sería luego profesora de lengua y literatura española en Berkeley y Northampton, Massachusetts; ella es la destinataria de su trilogía poética La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento; este romance se mantuvo aún cuando Katherine regresó a Estados Unidos para proseguir sus estudios, en forma epistolar; volvió para el curso académico 1934-1935, pero la mujer de Salinas descubrió el affaire e intentó suicidarse. Ante esto Katherine intentó poner fin a la relación, pero la Guerra Civil y el exilio del vate en Norteamérica, dificultaron estos propósitos; de todas formas, en 1939 Katherine se casó con su colega Brewer Whitmore y, aunque tuvo aún esporádicas noticias sobre Salinas, la conexión se rompió definitivamente. Se vieron por última vez en 1951, y Katherine falleció en 1982; autorizó sin embargo la publicación de su Epistolario con Salinas, guardado en la biblioteca de la Universidad de Harvard, siempre que fuera 20 años después de su muerte y se omitieran las que ella le envió. Las de Salinas son unas trescientas, testimonio de una relación que duró quince años hasta que concluyó en 1947.

Pedro Salinas pasó algunas vacaciones de verano en un pueblo de Alicante, Altet, pedanía de Elche, donde su mujer poseía una hacienda familiar, de nombre "Lo Cruz". Sostuvo una temprana, duradera y gran amistad con Jorge Guillén, de trayectoria muy parecida a la suya y con quien inició un activo epistolario que también ha sido publicado. Menos conocida es la amistad que sostuvo con Miguel Hernández, cuyo libro Perito en lunas saludó y promocionó en una reseña publicada en Índice literario, núm. 2 de 1933.

La Guerra Civil Española le sorprende en Santander como secretario en la Universidad Internacional de Verano (lo fue entre 1933 y 1936). Marcha a América para enseñar en la universidad de Wellesley College y en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, en Estados Unidos. En el verano de 1943 se trasladó a la Universidad de Puerto Rico. En 1946 regresa a su cátedra de la Universidad Johns Hopkins. Fallece en Boston el 4 de diciembre de 1951 y está enterrado en San Juan de Puerto Rico.

Los tres elementos básicos de su creación son -autenticidad, belleza e ingenio-. Autor perfeccionista, pero de gran sensibilidad. Es el principal poeta del amor de su generación. Podemos distinguir tres etapas en su producción, la primera que abarca hasta 1932. Poesía pura bajo el influjo de Juan Ramón Jiménez: Presagios (1923), Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931). Una segunda etapa de 1933-1939. Poeta del amor. Amor antirromántico (no es un amor atormentado ni sufrido). El amor supone un enriquecimiento de la vida y la persona, confiere sentido al mundo. La voz a ti debidaRazón de amor (1936) (algo más pesimista, aparecen los límites del amor) y Largo lamentoEl Contemplado (1946), Todo más claro (1949), Confianza 1942-44 (1955) libro póstumo que recoge poemas escritos en esos años. (1933), (1939) de tono elegíaco, le canta al amor que agoniza y muere. Y una tercera etapa tras la guerra civil, libros de poemas en lo que se observa una lucha entre su fe en la vida y los signos angustiosos que ve a su alrededor. Destaca en Salinas su concepto del amor, la amada es vista como amiga; la amada saca de la duda al amante, de su nada anterior, le inventa un mundo, lo salva del caos. El amor es una prodigiosa fuerza que da plenitud a la vida y que confiere sentido al mundo. Por él, el poeta ama la vida y dice que sí al mundo. Se han señalado las relaciones de Salinas con Guillén: van a la realidad, buscan su esencia para hacerla lírica. Se diferencian en que Salinas es más subjetivo y amétrico; Guillén posee una más fuerte voluntad objetivadora y utiliza mayor regularidad métrica. Murió exiliado en Boston en 1951.

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De "La voz a ti debida" (1933) recojo estos dos poemas que aquí transcribo y que ejemplifican todo lo dicho anteriormente. Pedro Salinas es un poeta de referencia, un poeta necesario.

PERDÓNAME POR IR ASÍ BUSCÁNDOTE...

Perdóname por ir así buscándote

tan torpemente, dentro

de ti.

Perdóname el dolor alguna vez.

Es que quiero sacar

de ti tu mejor tú.

Ese que no te viste y que yo veo,

nadador por tu fondo, preciosísimo.

Y cogerlo

y tenerlo yo en lo alto como tiene

el árbol la luz última

que le ha encontrado al sol.

Y entonces tú

en su busca vendrías, a lo alto.

Para llegar a él

subida sobre ti, como te quiero,

tocando ya tan sólo a tu pasado

con las puntas rosadas de tus pies,

en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo

de ti a ti misma.

Y que a mi amor entonces le conteste

la nueva criatura que tú eras.

.

LA VOZ A TI DEBIDA

Versos 388 a 424

Yo no necesito tiempo

para saber cómo eres:

conocerse es el relámpago.

¿Quién te va a ti a conocer

en lo que callas, o en esas

palabras con que lo callas?

El que te busque en la vida

que estás viviendo, no sabe

mas que alusiones de ti,

pretextos donde te escondes.

Ir siguiéndote hacia atrás

en lo que tú has hecho, antes,

sumar acción con sonrisa,

años con nombres, será

ir perdiéndote. Yo no.

Te conocí en la tormenta.

Te conocí, repentina,

en ese desgarramiento

brutal de tiniebla y luz,

donde se revela el fondo

que escapa al día y la noche.

Te vi, me has visto, y ahora,

desnuda ya del equívoco,

de la historia, del pasado,

tú, amazona en la centella,

palpitante de recién

llegada sin esperarte,

eres tan antigua mía,

te conozco tan de tiempo,

que en tu amor cierro los ojos,

y camino sin errar,

a ciegas, sin pedir nada

a esa luz lenta y segura

con que se conocen letras

y formas y se echan cuentas

y se cree que se ve

quién eres tú, mi invisible.

3 comentarios:

Stan Mochales dijo...

Salinas es el puto amo

Unknown dijo...

Javier, muchas gracias por estas hermosas palabras que vienen de parte del poeta y escritor Pedro Salinas.

Javier Díaz Gil dijo...

José Mauricio gracias por visitar mi blog. Espero que te haya sido útil este artículo.
Un abrazo
Javier