viernes, 29 de junio de 2007

José Agustín Goytisolo, poetas suicidas (2)



José Agustín Goytisolo, poeta de la Generación española del 50 (de alguno de estos poetas ya he hablado en este blog: Ángel González(1) (2), Gil de Biedma, Claudio Rodríguez) . Sus últimos años vivió inmerso en numerosas depresiones, que le condujeron al suicidio un 19 de marzo de 1999.


Inicié este recorrido de poetas suicidados con Alejandra Pizarnik, hoy quiero hablar de Goytisolo.


Goytisolo era de la opinión de que el poema debía trascender al poeta. Prefería que uno de sus poemas fuera recordado aunque no supiera la gente quién era el autor. Estoy de acuerdo. El poeta no es sino un vehículo, el poema es lo que importa.


De http://www.epdlp.com/ recojo su biografía:


José Agustín Goytisolo (1928-1999)


Poeta nacido en Barcelona el 13 de abril de 1928, de familia burguesa y castellano-hablante, que se vio brutalmente sacudida por la muerte de la madre -Julia Gay- víctima de un bombardeo franquista sobre la ciudad en 1938. El hecho dramático afectó a todos los hijos, pero especialmente a José Agustín, que puso a su hija el nombre de la madre perdida, y que en uno de sus más célebres poemas (musicado y cantado por Paco Ibáñez), Palabras para Julia, une voluntariamente, en amor y deseo, a las dos mujeres. En 1993, en el tomo Elegías a Julia Gay reunió todos los poemas de tema materno, principal en su primer libro, El retorno (1955) y en otro, muy posterior, en que pretendía cerrar esa vieja y fecunda herida, Final de un adiós (1984). Empezó a estudiar Derecho en la Universidad de Barcelona, y culmina los estudios en la de Madrid, viviendo en el Colegio Mayor Nuestra Señora de Guadalupe, donde conoció a otros poetas de la generación que vivían entonces en Madrid, como José Angel Valente o José Manuel Caballero Bonald. Una generación de grandes poetas y novelistas (García Hortelano, Martín Gaite, Martín Santos) comprometidos contra la dictadura, comunistas o compañeros de viaje algunos años del clandestino Partido, pero también terriblemente comprometidos con la vida: noctámbulos, bebedores, bohemios, liberales todos ellos; sexo, alcohol y vida. Pocos poetas tan ajenos al academicismo. Tras el éxito de su primer libro, José Agustín se convierte en el poeta más famoso del grupo, primacía que mantendrá hasta los años 60. Ganó el Premio Adonais en 1954, el Boscán -entonces muy renombrado- en 1956 con Salmos al viento (uno de sus libros más significativos), y en 1959 el Ausias March, con Claridad. Aunque en 1961 José Agustín es el primero en reunir su obra publicada en el tomo Años decisivos, será también el primero en entrar en una cierta crisis creativa -de la que saldrá con Algo sucede, en 1968- relacionada con la validez de la poesía social como arma política, y aún con el tema -tan generacional- de poesía como conocimiento frente a poesía como comunicación. Todavía le quedan a Goytisolo grandes libros por delante. Así Bajo tolerancia (1973), Taller de Arquitectura (1977), Del tiempo y del olvido (1980) o Como los trenes de la noche (1994). Pero es verdad que otros poetas de su generación (Gil de Biedma, Valente, Brines, Claudio Rodríguez, Angel González) empiezan a preponderar y él resulta menos preeminente. Su último libro de versos, Cuadernos de El Escorial, salió a fines de 1995. Tuvo una importantísima tarea como traductor de poesía. Poetas italianos, como Pavese. Pero sobre todo poetas catalanes. Sus antologías de poesía catalana contemporánea fueron pioneras para que los castellano-hablantes la conocieran (y muy bien traducida) la poesía moderna de Catalunya. Los catalanes, de una y otra lengua, no le deben poco. Desde la inaugural Poetas catalanes contemporáneos de 1968 a Veintiún poetas catalanes para el siglo XXI de 1996. Bebedor, fumador, vitalista, hombre de la vida como libertad y como exceso, tuvo al final de su vida inumerables depresiones. José Agustín Goytisolo se suicidó el 19 de marzo de 1999 arrojándose al vacío desde el balcón de su casa.


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Tal como dice su biografía, sus poemas fueron musicados por cantautores como Paco Ibáñez. Ambos, Goytisolo y Paco Ibáñez realizaron una serie de recitales en los que compartieron música y poemas, yo asistí a uno de ellos, fue un día inolvidable.


De este imprescindible poeta os dejo aquí algunos de sus poemas, preferidos por mí. Algunos traducen su tendencia a la tristeza y a la depresión, e incluso a su tratamiento, como en "Llega el litio". Como siempre os invito a dsifrutarlos y a conocerle un poco más.


El poema

El poema
es un arma de dos filos.
Uno suave
y el otro
como un grito cortante
como un rayo
incisivo.

¡Ah poeta dulcísimo!

No olvides
esa parte
del poema.
El castigo
es morir por la espalda
degollado
por el segundo filo.


Si todo vuelve a comenzar

Quiero decirlo ahora
porque si no después las cosas se complican.
Soy peor todavía de lo que muchos creen.
Me gusta justamente el plato que otro come
aburro una tras otra mis camisas
me encantan los entierros y odio los recitales
duermo como una bestia
deseo que los muebles estén más de mil años en el mismo lugar
y aunque a escondidas uso tu cepillo de dientes
no quiero que te peines con mi peine.
Te explico estas cuestiones
porque si todo vuelve a comenzar
no me hagas mucho caso acuérdate.

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable,
hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido,
yo se muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado,
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Un hombre solo
una mujer
así tomados de uno en uno
son como polvo
no son nada,
pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otros hombres,
tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos,
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino,
nunca digas no puedo más y aquí me quedo,
la vida es bella
tú verás como a pesar de los pesares
tendrás amor
tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es será todo tu patrimonio,
perdóname no sé decirte nada más,
pero tú comprende que yo aún estoy en el camino,
y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Llega el litio

Mucha tristeza nunca le humilló
pero temía el hondo pozo oscuro
que él envolvió en sus aguas cenagosas.

Mucho haloperidol; pinchazos de antabús
probó electroterapia varias veces
y salió disparado hacia una vida
que ahora ya no recuerda: quince años
hasta que llegó el litio: quince años
perjudicando a todos los que amaba
pues gastó su dinero y el ajeno
en alcohol, en viajes y en delirios.

Pero el litio llegó y está en su sangre
y ahora es su compañero de por vida
hasta la oscuridad o la luz total.

Estrictamente personal

El dolor o el cansancio traen a veces
un desmedrado desfallecimiento
unas ganas terribles de olvidar
todo lo que no sea intransferible
-personal como dicen- pero luego
no se distingue ya lo que es de uno
y el egoísmo llega a ser total
a invadir el dominio de otra gente.
Y hoy padezco por algo que no es mío
por lo que ocurrirá con una chica
que no me pertenece: que tan sólo
camina y lee; se equivoca y riñe
casi todos los días en su casa.
No: no es posible dijo; pero sé
que aún guarda mi retrato y que ahora entiende
mis palabras; que hace años la llevaron
a extrañas situaciones. Y me mira
desde un sillón distante sin decirme
qué será de su vida. De la mía
ya sé que nada bueno. Y como esto
mucho tiene que ver con mi neurosis
termino aquí el asunto y a la calle;
me bebo un buen café y a la puñeta.

Encuentro

Alegría yo te
he buscado y buscado
por todos los lugares
por todos los caminos
que andaba y desandaba.
Alguna vez oí
tus pasos en el bosque
otra vez escuché
tu risa pero nunca
te tuve entre los brazos
para poder hablarte
para decirte que
mi vida iba cayendo
como una gota de agua
que hacía frío y
que te he esperado siempre
roto y amante como
me ves como me tienes
contra tu pecho amiga.

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