sábado, 3 de febrero de 2024

02/02/2024: Texto de mi presentación de "Inexactitud de la existencia" de Lola Deán, Centro Cultural Fuente del Berro (Madrid)

 

Javier Díaz Gil, Lola Deán y Lidia González, editora.

Presentación de "Inexactitud de la existencia" de Lola Deán.

Ayer, 2 de febrero de 2024, celebramos la presentación del último libro de Lola Deán Guelbenzu, "Inexactitud de la existencia" en el centro cultural "Fuente del Berro" de Madrid. Tuve la suerte de compartir la mesa de presentación junto a la autora, Lola Deán y su editora, Lidia González.

Amenizó el acto el violinista Osh Vicent y escuchamos los poemas del libro en la voz de numerosos amigos poetas que participaron leyéndolos.

En una sala llena de amigos y público, tras la intervención de Osh Vicent y su primera pieza que interpretó al violín, leí la presentación que preparé para esta ocasiónn y que os copio aquí:


Día 2 de febrero 2024 a las 19 horas  

                CENTRO CULTURAL FUENTE DEL BERRO


Presentación del libro “Inexactitud de la existencia”.


Un libro de poemas debe ser un mensaje que lanza el poeta al lector. Si como éste que hoy presentamos, está dividido en secciones, debe ser una estructura organizada que transmita un desarrollo de esa idea poética que a la vez que nos conmueve exprese pensamiento y emoción. 

El mensaje que transmite el libro de Lola Deán está ya en el título de este poemario: “Inexactitud de la existencia”. Anuncia, en este juego de palabras, en esta aliteración, una preocupación sobre la imperfección de la existencia, sobre el dolor, el deseo no cumplido, pero también hay una búsqueda de la esperanza.

Es en esencia un libro existencial, no tanto desde un punto de vista religioso sino lírico. Empleando un tono propio nos habla desde el dolor y busca en la palabra, en el refugio del poema, las respuestas para soportar la existencia inexacta, la existencia poblada de injusticias, busca alcanzar el equilibrio vital desde una mirada que apuesta, como decía antes, por la esperanza. 

Esa sensación de angustia que descubrimos en la lectura de estos poemas es la clave para la comprensión de la realidad y es la base para la interpretación de la existencia.

Para quien no conozca a la autora, os contaré que Lola Deán Guelbenzu nace en Madrid y pasa su primera infancia en las islas Canarias. Por distintas generaciones familiares se siente muy vinculada a Cascante y la Ribera navarra. Inicia la carrera de Periodismo y cursa estudios universitarios de Trabajo social. Realiza oposición de funcionaria y ejerce como tal durante muchos años en un organismo oficial.

Actualmente coordina la tertulia poética “La Flor de Cristal” junto con el poeta Eduardo Benítez y han creado los Encuentros poéticos en Majadahonda. Tiene 14 poemarios editados y 10 inéditos, dos de cuentos y va por la tercera novela. “Solo tú, Nekane”

Ha realizado y participado en numerosos recitales, revistas y eventos presenciales y radiofónicos.

Es miembro también de la tertulia Rascamán.


Pero volvamos ahora al libro. “Inexactitud de la existencia” está estructurado en seis partes:

  • Presencia
  • Existencia
  • Inexactitud
  • Negación
  • Ausencia
  • Vida 


seis partes que desarrollan esa idea existencialista en un tono  claramente confesional, donde la mayoría de los poemas están escritos en primera persona. Son el testimonio latente de vivir en la herida, en la espera de la luz, el deseo de paz y que todo, al fin, se vuelva olvido.


Ideas en esta línea que señalo apunta también en el prólogo nuestra querida y presente siempre en nuestra memoria, la poeta Montserrat Fernández Mateos a quien tanto echamos en falta. Os animo a que leáis sus palabras.


Precede a estas seis partes un poema que es una declaración vital. Ante el deseo inalcanzable la poeta opta por (…) Decir: ¡Basta! y ser ella misma y reivindicar que lo importante es el Aquí y Ahora.

Presencia, la primera parte, comienza con un diálogo de la poeta y el lector. 

Si me invento

de nuevo,

te reinvento

(…)

Si te nombro

me nombras

El deseo de ser queriendo.

Presencia es gritar fuerte: “Aquí estoy”, y pedir paz donde hubo guerra y herida y dolor. Ser libre en el poema, en la escritura. 

Presencia es la vida alrededor y constatar que el tiempo pasa en tu vida y en un vecindario tal vez imaginario.

Es mostrarnos que la lluvia es un símbolo de vida y su ausencia es soledad.

Presencia es tener ganas de huir en busca de un sueño.

Presencia es reconocerse junto a los poetas amigos, como en el poema dedicado a Chelo Santa Bárbara:

préstame tus zapatos.

Contigo

quiero

llevarlos

puestos.

Presencia es insistir en el aquí y ahora y en saber que yo escribo y tú sientes. Ese diálogo del yo y tú.

Lo mejor

(…)

refugiarse

y escribir un poema.

Hay imágenes definitiva en Presencia que son metáfora de buscarse para reencontrarse:

El cuarto está vacío

y entretiene,

colocar de nuevo

cada espacio,

en su lugar

Y aparece en Presencia, en esta primera parte, una idea que saldrá más en el libro. Y hay que seguir, seguir caminando porque la vida son rosas y espinas. Con esperanza cierra Lola Deán esta parte de Presencia.


Existencia, la segunda parte, da paso a la angustia vital, la que define la existencia como:

Superviviencia…

a base de ir muriendo

lentamente,

La que busca conjurar la melancolía con un Abrazo, con mayúsculas.

Es un yo que dialoga, Deciros / sin voz / palabras que plantea su discurso diciéndonos que existir es dudar.

La poeta mira a su alrededor y hay historias de abuso y maltrato que contar, entonces el poema sirve para despertar conciencias y expresar deseos:

Cuando la herida sane

Todo…

se vuelva Olvido

Y se reitera que la vida es un laberinto oscuro, aciago y el verso es la única salida.

Hay un tema repetido en el libro que guarda Lola Deán como un recurso cuando todo se torna oscuridad, os aviso: es capaz de practicar sortilegios, hechicerías, ungüentos con especias, de brujas sigilosas. Recurso al que acude cuando ataca la rutina y la desesperanza.

La rutina y la desesperanza que representa la poeta con colores como el añil frente a los colores felices, el azul, el verde, el violeta, amarillos o el tenue gris. Este mundo simbólico de colores aparecerá también a lo largo del libro.

Y encontramos y encontraremos en muchos poemas más adelante alusiones a elementos de la Naturalezas: lluvia, nubes, viento… El viento que parece dictarle el poema a la poeta.

De la Naturaleza también toma una imagen para el último poema: el girasol y la amapola, el girasol representa lo apolíneo y la amapola, lo dionisíaco. Reivindica Lola Deán para acabar esa parte de la Existencia, lo que representa la amapola: la libertad, la belleza. 

Inexactitud, la tercera parte, es el adjetivo que define la existencia en el título. Lo inexacto es lo imperfecto. La vida imperfecta que define en el primer poema de esta sección con una enumeración: infeliz, negro, roto, enfermizo, laxo, caótico, inerte… La vida imperfecta en la que está presente el daño, el dolor y la agonía.

Lola Deán lucha contra la inexactitud escribiendo para Que solo quede la memoria.

Con la inexactitud, Lola Deán pronto hará sortilegios con mandrágora. Convocará a las brujas / magos / elfos. Sortilegios a los que nos invita a los lectores a acompañarla en la lucha contra este mundo agónico. Para que cambie 

agonía por logro

invierno por primavera

desacuerdo en esperanza

paz

sin guerra o intransigencia.

Y recurre a la esperanza y a sus símbolos del color de nuevo. Constata que no todo es rosa, azul / verde, beis / o lila y que El tiempo pasa.

Hay momentos en que las fuerzas flaquean y falla la esperanza como en el poema Irme / no estar / no ser. / Quedar en el olvido. Desear morir para huir del dolor pero dejar dicho

¡Adios!

¡Os he querido!

Quiere Lola Deán cerrar esta sección jugando con el lenguaje. Nos queda siempre la palabra y el deseo de alcanzar tú y yo el Cenit.

Negación, la cuarta parte, es un pulso contra lo oscuro, contra la derrota. Hay una clara resolución de animarnos a intentar las cosas antes que quedarse quieto. Pero si no te atreves… nada será lo mismo.

A pesar de la incertidumbre que nos transmite Lola Deán, con la que vivimos antes de morir:

En este No Saber

antes del Túnel

Si en “Presencia” dedicaba un poema a una poeta amiga, Chelo Santa Bárbara, aquí dedica a otro poeta amigo, Carlos Doñamayor, otro poema, versos en ese pulso contra los oscuro contra el dolor y la muerte hasta que el tiempo vuelva.

Hay esperanza cuando se un reloj se detiene pero reanuda su tictac gracias a otra onomatopeya: el bum bum bum del corazón que late por un Amor desbocado.

La vida que se acaba está presente en un nuevo símbolo de la Naturaleza: los árboles talados son también la infancia perdida.

O es la muerte en vida, cuando te ignoran. 

¡Sigues vivo!

y la gente va a tu entierro…

Pero de esa muerte, como defiende en el primer poema de esta parte, hay que volver con la mejor sonrisa y seguir viviendo.

Pero cierra la sección, al contrario que las anteriores, esta vez sin esperanza, dando razón a esta “Negación” con la que ha titulado este capítulo: 

¿Hasta dónde

sufrimiento?

Tristeza

Soledad

Dolor

El Gris prevalece y es entonces el color negativo por excelencia, el de la tristeza, el del dolor.

Ausencia, la quinta parte, es la necesidad de la poeta de llegar al lector, Como deciros / hoy / “escuece el alma”.

O cuando nos dice:

Si te contara que Hoy

lloré…

Ausencia es la búsqueda de la felicidad, la que no existe en la palabra poética de la autora.

Ausencia son preguntas:

¿Qué hacer

con esa lágrima

indecisa

(…)

y no quiere salir?

Ausencia es recoger migajas de otros, de amor y serenidad, para que sirva de consuelo en el futuro.

Es acudir a los que nos rodean cuando Vago sin rumbo en la densa niebla y buscas que alguna mano amiga (…) viniera a rescatarme.

Ausencia es saber que ser sensible es un chasco, es sentirse un “ser raro”.

Ausencia es, lo dice Lola Deán en estos poemas:

Vivir…

navegando,

rota.


O:

Ausencia

(…)

que se adentra en el Alma.

Cierra esta sección otro poema donde aparece el color gris pero recupera la esperanza como cierre de capítulo, declarando la espera del amor para ser libre al fin.

Vida es la última parte del libro. Frente a la inexactitud de la existencia -la vida imperfecta de tristeza y de dolor-, el final del libro son la exposición de certezas para salvarnos. Podría ser una lista de propósitos que tuviéramos que apuntarnos y que paso a enumerar:

- Salir de lo superficial / para acercarnos / a la Esencia. Adentrarse en la piel y ser sensible, la sensibilidad a la que aludía en un poema anterior.

- Hacer conjuros con mandrágora de nuevo contra los que “son lobos disfrazados”.

- Vivir sin miedo hasta que llegue el día y ya no estés. 

- Acudir a la palabra poética que nos salva y saber que la vida es:

Volver a renacer

para morirse

o seguir respirando.

  • Tropezar y volver a levantarse
  • Regresar a los recuerdos felices que guardamos
  • Que ser conscientes de que la sucesión de los meses, como cuenta en el poema “Los Meses”, va tejiendo presuroso un tiempo que no regresará.
  • Defender la resiliencia, como hace la margarita que crece en el asfalto.

Cierra esta sección y el libro un poema que pareciera otra lista resumen de objetivos vitales a cumplir: predecir, difundir, buscar, fingir, encontrar, descifrar y finalmente hallar,… / mientras viva / un certero sentido.

Hallar mientras viva un certero sentido” nos dice para cerrar el libro Lola Deán.

Es este un libro extenso, un libro estructurado, existencial con un yo poético que dialoga con los lectores desde un tono confesional, que muestra su dolor profundo y su tristeza y la imperfección de la vida. Pero a pesar de la oscuridad, transmite y busca la poeta la luz y la esperanza. La poesía de Lola Deán nos salva y nos interpela y nos hace reflexionar.

Es momento ya de escuchar a la autora, es momento de dejar que Lola Deán nos haga el sortilegio con mandrágora que nos promete en estas páginas y nos libere con sus versos de esta inexactitud de la existencia.


Javier Díaz Gil

26 de enero de 2024

Os dejo algunas imágenes del acto:







 

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