lunes, 1 de agosto de 2016

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar agosto 2016



INSTRUCCIONES PARA USAR UNA PISCINA

Flotar sobre el espejo
de la piscina.
Soltar despacio el aire.
Notar cómo se hunde
tu cuerpo.
Escuchar el silencio,
el estallido leve y metálico
de las burbujas
saliendo de tu boca.
Hundirse.

Descender
                   y que el cuerpo 
                                              toque el fondo.

Abrir los ojos
entonces al azul inmenso.

-El silencio es lo único que queda-

E impulsarte, 
                      tal vez,

-un golpe seco 
          tan sólo,

la tensión de tus piernas-

y regresar 
              al aire.



© Javier Díaz Gil
11 de julio de 2016

2 comentarios:

Paralelo 49 dijo...

Lo mejor de tocar fondo, es que luego solo queda emerger.

Un abrazo

Javier Díaz Gil dijo...

Un golpe seco y emerger, Victoria y nadar, sí, hacia la superficie.
Un beso grande, amiga
Javier