viernes, 1 de abril de 2011

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar abril de 2011


MENUDEO

Junto al oso y el madroño,
las doce del mediodía,
aprovechando el tumulto
y la confusión de rostros
me reuní con ellos.

Al más alto de los dos
le dí mi dinero
y con profesional mimo
me entregaron la mercancía.

Nadie nos vio.

Debemos tener cuidado,
somos seres sospechosos.

Nos dedicamos al tráfico
a pequeña escala
(quizá no importemos tanto)
de ángeles prometidos
y fantasmas.


© Javier Díaz Gil
05/03/2011


(Para José María Herranz
y Aureliano Cañadas)

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