sábado, 29 de marzo de 2025

25/03/2025: Texto de mi presentación de "Reflejo dorado" de Adriana Serlik. Taberna Garibaldi (Madrid)

 

Javier Díaz Gil y Adriana Serlik
(Fotos de Antonio Benicio Huerga)


El pasado 25 de marzo de 2025, celebramos la presentación del último poemario de la poeta Adriana Serlik. Un acto que tuvo lugar en la taberna Garibaldi de Madrid, en la que intervino en primer lugar, el editor de Los Libros del Mississippi, Antonio Benicio Huerga.

Tras sus palabras debía participar en El acto el poeta Jesús Jiménez Reinaldo que no pudo estar presente por cuestiones personales pero la propia Adriana Serlik leyó el texto que iba a leer Jesús.

A continuación, intervine con la lectura del prólogo del libro, del que soy autor y con el que he tenido la fortuna de colaborar en esta publicación de Adriana Serlik.

Tras mi intervención, Adriana leyó poemas del libro mientras comentaba aspectos de su propia vida y su quehacer literario y cultural.

Adriana Serlik es un ejemplo para todos. Su lucha y su actitud vital son un espejo donde mirarnos.

Os dejo aquí el texto del prólogo para que conozcáis este poemario y lo busquéis para leerlo con detenimiento.

LUCHAR Y SEGUIR


Adriana Serlik escribe desde la madurez poética y personal pero sobre todo desde la honestidad. Y desde esa honestidad nos interpela a los lectores. No podemos quedarnos indiferentes ante estos 40 poemas que formalmente alternan la brevedad, algunos, con ese aire de esencialidad y de imágenes directas -como lo haría un haiku-, con poemas más largos, de tono narrativo, casi confesional.


“Reflejo dorado”, este último poemario de Adriana Serlik, es una mirada introspectiva, un libro en el que hacer balance, en el que buscarse, en el que la poeta trae al lector el espejo donde mirar a la Adriana que fue y a la que es hoy. Un espejo donde el lector deberá buscar su reflejo también. Lo que somos ahora es producto de los que fuimos. Lo que somos individualmente pero también lo que somos como sociedad.


Reflejo dorado

tu camino.


Nos dice la poeta en el primer poema. Lo dorado es símbolo de abundancia, de sabiduría, pero también de madurez. En este deíctico, con el uso de esta segunda persona, está interpelando al lector ya y está mostrándonos la autora cuáles son los temas de los que nos va a hablar en el libro. Temas que adivinamos ya por la cita de Alejandra Pizarnik que encabeza el poemario: el paso del tiempo, la memoria, la palabra, la alegría, pero también el dolor y la muerte. Temas que son su leit motiv a lo largo de su extensa obra poética pero que se hacen más presentes en este libro junto con el manifiesto compromiso ético que es su forma de mirar y de estar en el mundo.


La memoria, tema con que inicia los primeros poemas del libro, con el uso de los adverbios ayer y hoy:


Ayer supliqué

que no me abandonaras,

hoy me repliego

y solo digo que el acento final

no lo colocarás tú.


Junto a la actitud luchadora en ese verso último, que es su admirable actitud vital, como nos dice en otro de los poemas:


La que con juventud,

me echaba a la calle,

sembraba papelillos

corria y gritaba

en manifestaciones,

cada dos o tres días.


La madurez personal se refleja en las ideas sentenciosas: 


La adversidad

no puede medirse.

Se presenta

y traza una línea.


Aparece aquí ya el dolor del presente pero también el dolor de nuevo en su memoria, en las señales de su propio exilio y en el exilio de los que admira y no conoció: Walter Benjamin, Antonio Machado…

Este es su compromiso ético, la reivindicación de los que lucharon y tuvieron nombre propio pero también la larga lista anónima de desaparecidos y represaliados en la dictadura franquista que Adriana Sérlik ha investigado y que se citan también en estos poemas.

La actitud revindicativa que le hace señalar al explotador o el homenaje a las víctimas de la terrible DANA que asoló Valencia a finales de este octubre de 2024.


La sociedad es una estructura muy frágil, lo sabe la poeta. Si perdemos el amor, la amistad, ña solidaridad, la cultura llegará el fascismo:


se hizo himno

y creó

una cruz gamada.


Una sociedad a la que es necesario despertar:


Cuando intenté

comnpartirlo

comprendí

que pocos

entenderían

mi desazón.


Y es frágil nuestro cuerpo, que sufre el dolor y la enfermedad, la muerte del amado que tanto ha marcado a Adriana Sérlik:


Y ahora

tras tantos años,

huérfana

de sus caricias,

escribo

lentamente

su nombre.


La muerte de los que te rodean y de nuevo nos interpela:


el dolor

no cesa

ante

la muerte

de los inocentes.


Es la palabra otro de los temas del libro. La palabra poética, la que nos salva, la palabra poética que la define:


Voy andando

por la poesía.


 La poesía junto con el recuerdo del amor nos empuja a seguir viviendo que es el cierre perfecto de este “Reflejo dorado”:


 Olía a sus tiernas manos,

sentí su presencia

y encontré muy escondido

entre los pliegues del monedero

un pequeño poema

que me había escrito.


Es este libro un momento de hacer balance, pero el resultado, a pesar del dolor y de la muerte, de la enfermedad y la soledad, a pesar del tiempo que inexorable pasa, es un canto y una necesidad de celebración.  


Me quedo finalmente con estos versos que para acabar transcribo, que como lector de Adriana Sérlik y como admirador de su actitud ética, me interpelan y nos interpelan a todos:

Río seco,

boca seca,

alma

que no debería secarse

porque todavía

tengo

mucho que decir.



Javier Díaz Gil


Os dejo con algunas imágenes del acto (gentileza de Antonio Benicio Huerga):



Antonio Benicio Huerga


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