lunes, 15 de febrero de 2010

Etimología: cadáver (Rectificando a los sobres de azúcar...)

Etimología de "cadáver"

En mi entrada anterior, hablé de curiosidades y etimologías en sobres de azúcar. En uno de ellos aparecía la etimología de la palabra cadáver. Etimología falsa. Tengo que rectificar.

Un comentario que me pusieron en esa entrada anterior me levantó la liebre y la curiosidad por conocer la verdad. Decía el comentario:
Blogger

Al norte de los nortes
dijo...Hola muy interesante la entrada y el blog en general, aunque tengo que decir que la etimología de Cadaver, por bonita que sea, es falsa; es una de las que se inventó San Isidoro de Sevilla, recogida en sus llamadas "falsas" etimologías.

Agradezco el comentario y paso a describir la verdadera etimología.

Lo primero que voy a hacer es preguntar al diccionario de la RAE. Pues bien dice que:

cadáver.

(Del lat. cadāver).

1. m. Cuerpo muerto.



La RAE esta vez no me ha dado muchas pistas.
Acudo a una web a la que acostumbro a visitar para descubrir algunas etimologías: Etimologías.dechile.net

CADÁVER

Dicen que "cadáver" proviene del latín "Caro Data Vermibus" (Carne Dada a Gusanos). Se dice que los romanos inscribían esta frase en los sepulcros. Pero se conservan cientos de miles de inscripciones romanas y en ninguna dice esa frase. Tampoco hemos encontrado ninguna fotografía en la Internet con un sepulcro con esa frase. La realidad es que Cadáver viene de la raíz latina cado, caer o caído. Además según San Isidoro (560-636 d.C.), cuando uno está sepultado ya no es cadáver.


y añade:

Es muy interesante pues los que apoyan la versión Caro/Data/Vermibus/; dicen que es mencionada en las Etimologías de San Isidoro de Sevilla. Pero si revisamos este libro (Etymologiarum Libri XX, Liber XI de Homine et Portentis, II. De Aetatibvs Hominvm) encontraremos lo siguiente:


Omnis autem mortuus aut funus est, aut cadaver. Funus est, si sepeliatur. Et dictum funus a funibus accensis, quos ante feretrum papyris cera circumdatis ferebant. Cadaver autem est, si insepultum iacet. Nam cadaver nominatum a cadendo, quia iam stare non potest.


"Todo muerto es llamado funus (inhumado) o cadáver. Funus son aquellos, a los que se les ha hecho un funeral y han recibido sepultura. La palabra funus viene de la ceremonia de quemar las sogas (funibus) hechas de papiro y cera que rodeaban los andas ( ó angarrillas = feretrum) que se usaban para transportar a los muertos. Cuando el cuerpo no está sepultado se llama cadáver. La denominación de cadáver es de cadendo (cayendo), debido a que ya no puede estar de pie."

Funus deriva de funis (cuerda - ver “funicular"). De ahí las palabras funeraria, fúnebre, funeral, etc.

Es curioso que cuando uno todavía no esta cayendo (cadáver), pero tampoco esta firmemente de pie, está in-firme ... o sea enfermo.


Otras inscripciones latinas en sepulcros incluyen:


RIP - Requiescat in pace - Que descanse en paz

STTL - Sit tibi terra levis -Que la tierra te sea ligera


Termina diciendo esta web que la etimología de funus indicada por San Isidoro tampoco está muy clara.

Me quedo con la idea de que cadaver viene de la palabra latina cado: caer.
Me convence más, que no esa idea, romántica y lírica, del viento borrando las palabras de una lápida y dejando tan sólo el principio de las palabras "Caro Data Vermibus" (Carne Dada a Gusanos).

De todo esto saco dos conclusiones:
1. San Isidoro de Sevilla, por muy santo que fuera, se inventaba las cosas
2. Los sobres de azúcar no siempre dicen la verdad.

Esta última conclusión es lo más triste de todo. ¡Qué le vamos a hacer!

4 comentarios:

Rocío Díaz Gómez dijo...

Muy interesante. Rectificar es de sabios, está visto. Muy bien Javier. Qué complicado está a veces lo de las etimologías porque ya ves hay algunos por ahí que se dedican a las engañifas... y si además te miente hasta el azúcar ofreciendo esa carita "dulce"...¡Hombre! eso ya es lo último... Un beso, Rocío

Rocío Díaz Gómez dijo...

Ah que se me olvidaba... la foto que has elegido es repulsiva, qué asquito ¿no? un beso

fcaro dijo...

Javier, qué desengaño. Con la ilusión almibarada que me hacía tu descubriento. Siempre nos quedará la belleza de la fantasía. Y el amargor de la verdad. Implacable.

En los sobres de sacarina las mentiras son más leves. Piénsalo.

Javier Díaz Gil dijo...

Paco, tienes toda la razón, quizá debamos refugiarnos en la sacarina.
Un abrazo querido amigo