viernes, 23 de mayo de 2008

"Esto no es el silencio". Nuevo libro de Ada Salas

Ada Salas (Cáceres- España 1965)

Es una gran noticia siempre la aparición de un nuevo libro de poemas de una de las poetas que prefiero: Ada Salas.

Me referí ya a ella en la sección Mis poetas en una entrada de este blog de marzo de 2007: Ada Salas, la intensidad y la sed.

El pasado 30 de noviembre de 2007 se le concedió el premio Ricardo Molina de poesía por su libro "Esto no es el silencio". El jurado destacó de él:

Esto no es el silencio es un conjunto de unos 30 poemas que, según el miembro del jurado Félix Grande, supone una "complicidad con el lenguaje para nombrar las emociones que estructuran a las personas, sobre todo, aquellas que conocen el dolor".

Según Grande, estos poemas reflejan el dolor, tanto "las llagas personales que nacen en un individuo y crecen con él" como las heridas sociales. Grande destacó que la autora conoce la técnica de escribir, si bien "no lo demuestra", ya que su objetivo no es el de impresionar, sino el de emocionar, "y lo consigue".

Ada Salas es emoción, sus poemas no me dejan indiferente nunca.

El libro, publicado por la Editorial Hiperión, se presenta en Madrid (España) el próximo viernes 6 de junio de 2008, a las 21.00 h., en la sede de la Fundación Gerardo Diego en Madrid (Casa de Cantabria, Pío Baroja, 10, semiesquina a Menéndez Pelayo).

Os invito a acudir a esta fiesta.

Las lecturas y los libros de Ada Salas permanecen en la memoria, os lo prometo.


domingo, 18 de mayo de 2008

Haiku: Huye del mar (Poema de Javier Díaz Gil)




HUYE...


Huye del mar.
Del frío oscuro y hondo
de mis pupilas.


© Javier Díaz Gil
Mayo 2008

viernes, 16 de mayo de 2008

Susana y los viejos: la mentira frente al imposible deseo

"Susana y los viejos", de Artemisia Gentileschi
(Roma, 8 de julio de 1597 - Nápoles, hacia 1654, pintora caravaggista italiana)


Hay un pasaje del Antiguo Testamento, del Libro de Daniel, que recoge la escena de Susana y los viejos. Me parece todo tan simbólico, encierra esta historia el imposible deseo, la mentira y el acoso, el triunfo final de la verdad frente a la mentira.

Susana era una bella mujer judía cuya historia se recoge en un apéndice del "Libro de Daniel". Fue sorprendida mientras se bañaba por dos jueces ancianos que, cegados por la pasión, hicieron a la joven proposiciones deshonestas que ella rechazó. Los despechados ancianos difamaron a la casta Susana, declarando haberla hallado cometiendo adulterio, lo que se castigaba con la muerte según la ley judía. Susana fue condenada a muerte pero se salvó gracias a la intervención del joven Daniel, ya que pudo convencer a la asamblea del falso testimonio de los ancianos gracias a la inspiración divina. La castidad de Susana simboliza la salvación del alma a través de la pureza.

Es curioso cómo la de Susana y los viejos es una de las escenas bíblicas más representadas durante el Renacimiento y el Barroco, ya que permitía a los artistas mostrar la anatomía desnuda del cuerpo de Susana sin preocuparse de las posibles persecuciones eclesiásticas.

Sobre el tema, recojo el comentario tan esclarecedor que encuentro en el blog http://lapistoladelarra.blogspot.com:

En la mitología bíblica hay una pasaje titulado Susana y los viejos que habla de la joven que saliendo del baño al que acudía junto a sus criadas habitualmente, es requerida sexualmente por dos viejos jueces a cambio de dinero: "Al mediodía, cuando la gente se había ido, Susana salía a pasear por el jardín de su marido. Los dos viejos la veían entrar y pasear todos los días, y comenzaron a desearla con pasión" dice el relato . El rechazo de la joven despierta la cólera en ellos y da lugar a la injuria y la acusación. Según la ley judaica, el adulterio, exclusivamente contemplado sobre las mujeres, era castigado con la muerte. Así los ancianos dolidos amenazan a Susana: "Mira, las puertas del jardín están cerradas, nadie nos ve. Nosotros te deseamos apasionadamente; consiente, pues, y deja que nos acostemos contigo. De lo contrario daremos testimonio contra ti, diciendo que un joven estaba contigo y que por eso mandaste fuera a las criadas". Juzgada a continuación por el falso testimonio que creyeron jueces y pueblo, solo la voz de un joven , Daniel, la salvó de la pena de muerte cuando gritó: «¡Yo soy inocente de la sangre de esta mujer!» Por él, Susana es absuelta.Este tema ---recordó el escritor Rubén Castillo en una charla sobre cierto lienzo anónimo renacentista--- es utilizado frecuentemente por los pintores del XV y el XVI ya que les daba justificación ante la iglesia para mostrar el cuerpo femenino desnudo. Tintoretto o el Veronés son algunos de los artistas que recrearon el mito. De entre los lienzos dedicados al episodio, destacó el conferenciante el de la pintora tenebrista Artemisia Gentileschi, considerada la primera pintora de la historia, de la que en la época fue conocido el peso de su propia experiencia sobre el tema. Violada por su profesor de dibujo, Agostino Tassi, y denunciado convenientemente, fue a ella a quien el tribunal sometió a tortura para verificar su testimonio. La crítica tanto del momento como la actual ha interpretado que este acontecimiento fue lo que la impulsó a tratar habitualmente temas protagonizados por mujeres vengativas o acosadas, como es el caso del cuadro del que hablamos. Desde una posición verticalmente superior, planean sigilosamente los viejos la manera de acceder a la joven Susana, mientras ella huye con cuerpo y gesto de dolor de sus palabras e intenciones. El banco de madera que les separa es violentamente traspasado por el manto rojo de uno de ellos que entra con volatilidad satánica en la escena pidiendo cautela en el embaucamiento, solicitanto silencio a la agredida o mitigando el volumen de sus palabras; su cómplice deja caer la mano despreocupadamente mientras le susurra al oído. Susana, sentada ya casi en el filo, huye con cuerpo y doloroso gesto de lo que no quiere aceptar ni oír; es la imagen física y moral del acoso y la impotencia.
__________

Pero no sólo en la pintura se ha tratado este tema, también la poesía. El tema del deseo es el que sirve a Jorge Guillén como tema central de este soneto que copio aquí para cerrar esta entrada.
Espero que os haya llamado la atención esta historia tanto como a mí.

Susana y los Viejos

(Jorge Guillen)

Furtivos, silenciosos, tensos, avizorantes,
se deslizan, escrutan y apartando la rama
alargan sus miradas hasta el lugar del drama:
el choque de un desnudo con los sueños de antes.

A solas y soñando ya han sido los amantes
posibles, inminentes, en visión, de la dama.
Tal desnudez real ahora los inflama
que los viejos se asoman, tímidos estudiantes.

¿Son viejos? Eso cuentan. Es cómputo oficial.
En su carne se sienten, se afirman juveniles
porque lo son. Susana surge ante su deseo,
que conserva un impulso cándido de caudal.

Otoños hay con cimas y ráfagas de abriles.
-Ah, Susana. -¡Qué horror! -Perdóname. ¡Te veo!

martes, 13 de mayo de 2008

Gabriel Celaya: la poesía cargada de futuro.

Gabriel Celaya (1911-1991)

En la generación de la posguerra española, hay dos poetas sociales imprescindibles que no puedo dejar de citar entre mis poetas: Blas de Otero y Gabriel Celaya.
De Celaya quiero hablar hoy.
Poeta comprometido, su poesía gfira en torno al amor (el amor por su mujer Amparo Gastón, figura clave en su biografía), sus raíces, su compromiso social o la búsqueda de la poesía como salvación.

Recuerdo que cuando murió Celaya apenas tenía ingresos suficientes para vivir. Recuerdo su tristeza por tener que ir vendiendo los libros de su biblioteca para subsistir. Es triste un país que descuida a sus poetas grandes.

La vida de Gabriel Celaya es muy intensa.

Tomo de www.cervantesvirtual.com la semblanza crítica que Francisco Ruiz Soriano dedica a Gabriel Celaya:

Gabriel Celaya (Hernani, 1911- Madrid, 1991), que también firmó sus versos como Rafael Múgica y Juan de Leceta -su nombre real era Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta Cendoya -, residió temporalmente en Pau (Francia) y estudió el bachillerato como alumno libre en San Sebastián, concluyéndolo en 1927. En 1929 ingresó en la Escuela de Ingeniería Industrial de Madrid, donde cursaría también Filosofía y Letras. En Madrid trabó contacto con los poetas del 27 y con Pablo Neruda. En 1935 terminó los estudios de ingeniería, y publicó su primer libro, Marea del silencio. En 1936 obtuvo el Premio Centenario Bécquer con La soledad cerrada (1947).

Sus primeros poemarios muestran una vertiente vanguardista y surreal bajo el magisterio del 27. Durante la guerra civil fue capitán de gudaris del ejército republicano de Euskadi. Tras la contienda, pasó a trabajar en el negocio familiar, y siguió escribiendo en una suerte de exilio interior las composiciones de La música y la sangre y Avenidas, libros que no verían la luz hasta su publicación en Deriva (1950) o en sus Obras completas de 1969. Sumido en una crisis personal, salió de ella cuando conoció a Amparo Gastón en 1946. Juntos emprenden diversos proyectos literarios, como la fundación de la colección de poesía «Norte». Allí apareció Tranquilamente hablando (1947), que inaugura la poesía social de posguerra, que alcanzaría su momento de máxima intensidad con Cantos íberos (1955), verdadera toma de conciencia y manifestación del compromiso con la realidad histórica. En 1956 se trasladó a Madrid para dedicarse completamente a la poesía. La década del cincuenta fue de gran actividad literaria y social: Deriva (1950), Las cartas boca arriba (1951), Lo demás es silencio (1952), Paz y concierto (1953), De claro en claro (1956; Premio de la Crítica de 1957), Las resistencias del diamante (1957), El corazón en su sitio (1959), Poesía urgente (1960)... Por entonces, su poesía avanza desde un entrañable tono cotidiano a los tintes épicos o dramáticos de obras como Cantata en Aleixandre (1959) o Rapsodia éuskara (1961), donde se vislumbra ya una preocupación por la tierra natal y los valores legendarios de su pueblo, algo que también se observa en Mazorcas (1962) y Baladas y decires vascos (1965). En 1963 se le concedió el Premio Internacional Libera Stampa por el conjunto de su obra, así como el Premio Atalaya de Poesía. Su compromiso con la libertad le lleva a participar en diversos actos y asambleas estudiantiles. En 1965 conoció al poeta cubano Nicolás Guillén. Al año siguiente viajó a Cuba, donde en 1967 participó en el jurado de la Unión de Escritores y Artistas Cubanos. Durante esos años viajó también a países como Brasil -donde inaugura un monumento a García Lorca- o Italia. En 1968 fue galardonado con el Premio Internacional Taormina. Su poesía se adentra por entonces en vías de innovación experimental, en títulos como Los espejos transparentes (1968), Campos semánticos (1971) -una inmersión en la poesía visual-, o en los tonos matemático musicales de Lírica de cámara (1969) y Función de Uno, Equis, Ene (1973). La conjunción del experimentalismo con la vertiente coloquial y social da origen a libros como La higa de Arbigorriya (1975), Parte de guerra o El hilo rojo (ambos de 1977). En 1977, su compromiso político le llevó a ser candidato al Senado por Guipúzcoa en las filas del Partido Comunista. Su poesía muestra una preocupación cada vez mayor por la historia ancestral, tal como se constata en Iberia sumergida (1978). Penúltimos poemas (1982) y Cantos y mitos (1983) son el máximo exponente de una poesía órfica, donde el hecho literario es experiencia de salvación, y vía de penetración en el misterio y en la verdad de la existencia, bajo la utilización del mito griego, que en Orígenes (1990) es sustituido por el íbero. En 1986 el Ministerio de Cultura le oto rgó el Premio Nacional de las Letras, y en 1994 la Universidad de Granada le concedió a título póstumo el doctorado honoris causa.


Gabriel Celaya, Amparo Gastón y Rafael Alberti

La relación de Celaya con otros poetas españoles fue muy grande y su influencia en ellos. Podéis comprobarlo entrando en http://www.gabrielcelaya.com/agrabiel.php
Se podría hablar mucho sobre ello, pero como muestra quiero traer como ejemplo este soneto, homenaje de Alberti a Gabriel y a Amparo.


Leyendo su poemas, descubrimos al Celaya del amor, al del misterio , al de la lucha (recordemos su simbólico poema "La poesía es un arma cargada de futuro"). Aquí he recogido unos cuantos que no os dejarán indiferentes.

CERCA Y LEJOS

Más allá del pecado,
indecible, te adoro,
y al buscar mis palabras
sólo encuentro unos besos.

En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.

donde tu vientre es combo,
fugitiva tu espalda,
oloroso tu cuerpo,
te quiero.


DEDICATORIA FINAL

Pero tú existes ahí. A mi lado. ¡Tan cerca!
Muerdes una manzana. Y la manzana existe.
Te enfadas. Te ríes. Estás existiendo.
Y abres tanto los ojos que matas en mí el miedo,
y me das la manzana mordida que muerdo.
¡Tan real es lo que vivo, tan falso lo que pienso
que -¡basta!- te beso!
¡Y al diablo los versos,
y Don Uno, San Equis, y el Ene más Cero!
Estoy vivo todavía gracias a tu amor, mi amor,
y aunque sea un disparate todo existe porque existes,
y si irradias, no hay vacío, ni hay razón para el suicidio,
ni lógica consecuencia. Porque vivo en ti, me vivo,
y otra vez, gracias a ti, vuelvo a sentirme niño.


LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

--

Seguid leyendo a Celaya, buscadlo en los libros, en internet, sé que si no lo conocíais os reconoceréis en él.

Para terminar os invito a escuchar este último poema que nunca pasará de moda, en la canción, ya mítica, de Paco Ibáñez.



Para saber más sobre Gabriel Celaya os invito a visitar la estupenda web:

http://www.gabrielcelaya.com

lunes, 5 de mayo de 2008

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar mayo 2008



Puente de Mostar (Bosnia-Herzegovina)

MOSTAR.


Los brazos del puente
consuelan
a la ciudad herida.

Lava la lluvia
la cicatriz honda
de la memoria,
los techos destruidos,
nuestras ruinas.

El río impetuoso que lame
los pies descalzos
-qué importa hacia dónde rezan-
acaricia el perfil delicado de la roca
y su equilibrio.

Reflejo de la luz.

Bajo este puente recobrado,
el agua que se aleja
está celebrando
la vida.



© Javier Díaz Gil
29 de abril de 2008