El caos es la lluvia cayendo inclemente
sobre el aura gris de los rostros.
Pasan las motos
y las bicicletas y la gente sonríe a pesar de la lluvia.
A pesar de las aceras tomadas por los comercios,
a pesar de mi mirada occidental que nada entiende.
Es el cuerpo cansado el que no entiende que la vida es lluvia
y sombras
y miradas ocultas
bajo los impermeables.
Que la vida necesita del caos para protegerse y prolongarse,
y que tan solo soy un intruso en este mundo de agua
que necesita reconocerse una vez más
lejos
y
solo.
Javier Díaz Gil
19/09/2015
me ha gustado mucho el poema, Javier
ResponderEliminarM. Carmen Gárate García
Muchas gracias Carmen, me alegra mucho. Un beso, amiga.
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