miércoles, 26 de febrero de 2020

Texto de mi presentación. 17/02/2020. Madrid. Lectura de poemas de María Eugenia López. Café María Pandora.

María Eugenia López y Javier Díaz Gil en María Pandora 
(Foto de Lidia López Miguel)


El pasado 17 de febrero disfrutamos de la lectura de la poeta argentina María Eugenia López en Madrid, en el café María Pandora. Una lectura con la que recorrió sus libros publicados e inéditos.
Fue una tarde preciosa en la que hice la introducción al acto y donde tuvimos oportunidad de charlar e ir desgranando textos y comentarios.

El poeta y buen amigo José Antonio Carmona recogió en un vídeo en directo en su página de Fcebook la lectura completa. Podéis verla pinchando en este enlace.

Os dejo el texto de mi presentación en la que olvidé hablar de su último libro publicado Para una historia de los alimentos (Buenos Aires, 2018) despiste que he corregido en el texto que aquí os dejo.

Si pincháis el enlace estoy seguro de que disfrutaréis de la poesía de María Eugenia López tanto como lo hicimos nosotros en María Pandora.

Gracias a María Pandora por acogernos esa tarde, a todos los amigos que se acercaron a escucharnos y a María Eugenia López por tu poesía y tu generosidad.

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María Pandora. 
17 de febrero de 2020. 19:30 horas

MARÍA EUGENIA LÓPEZ

Poder presentar de nuevo a María Eugenia López en una lectura en Madrid es una suerte. Suerte para mí que, os lo confieso ya, tengo debilidad por su poesía y para los que venimos a escucharla, pues podemos asistir a una lectura suya más prolongada como esta que disfrutaremos esta tarde en María Pandora aprovechando su estancia en Madrid, que siempre se nos hace muy corta.

María Eugenia López reside en La Plata, Argentina, donde nació en 1977.
Es estudiante de Letras (ya casi finalizando) y practica esgrima, aunque ahora ha dejado el florete por el sable. Dirige la colección de poesía joven “chicas de bolsillo” de la Editorial de la Universidad Nacional de La Plata y Espacio qu (espacio queer) de la misma universidad. Ha publicado los libros Bonkei (La Plata, 2004; Sâo Paulo, 2014), Sybille Schmitz (plaquette, Santiago de Chile, 2007), Arena (México, 2009), Jirones de París (Barcelona, 2014), Carlinga (La Plata, 2016) y Para una historia de los alimentos (Buenos Aires, 2018). Aparece en multitud de antologías y revistas y en diversos sitios web. Ha participado en los festivales de poesía Novissima Verba (Lima, 2005), Poquita fe (Santiago de Chile, 2006), Tordesilhas (Sao Paulo, 2007), Fabulosa Lampalagua (Quequén, 2008), Flap! (Sao Paulo, 2008), XXVI Encuentro de escritores patagónicos (Madryn, 2008), Primer encuentro de escritores del ALBA (San Cristóbal-Caracas, 2008), Vértigo de los aires (México, 2009), IV Festival Internacional de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño (Guayaquil, 2011), VIII Festival Internacional Poesía Caracol (Tijuana, 2013)… 
Algunos poemas suyos fueron traducidos al portugués, francés, inglés y catalán.

Conozco a María Eugenia López desde 2007 cuando coincidimos en el Festival de poesía Tordesilhas” que se celebró en Sao Paulo (Brasil) organizado por la poeta brasileña Virna Teixeira. Aunque habíamos coincidido sin ser conscientes un año antes en otro festival de Poesía, el de Poquita Fe” de Santiago de Chile. Ella asistió a mi lectura de poemas pero no nos dimos cuenta de que existió ese encuentro casual hasta reconocernos años después en una fotografía de ese acto. Han pasado 13 años pero no hemos perdido el contacto desde entonces.

Dice María Eugenia que asistir a tantos festivales de poesía le hace seguir siendo estudiante de Letras. Trabaja como correctora de textos. El trabajo del corrector puede mejorar un libro, pero a veces –y es necesario reivindicarlo- ni aparece en el libro, una vez editado, quién es el corrector.
Corregir otro tipo de textos ajenos al mundo poético le da un montón de recursos poéticos. "Le queda en la cabeza una luciérnaga y luego otra... y le surgen cosas", dice ella. Por eso siempre anda con un lápiz y un papel cerca.

"Escribo y guardo", afirma.

María Eugenia escribe
poemas en prosa. La cadencia, las imágenes sugerentes en algún momento oníricas, el ritmo de versículo que imprime a sus textos son sus señas de identidad. Partir de la experiencia para convertirla en poesía: la ausencia, el dolor, la alegría también, los deseos, el compromiso moral y ético, el compromiso político

Podríamos pensar en Borges y en Cortázar al escuchar los poemas de su primer libro Bonkei (La Plata, 2004). Bonkei es una palabra japonesa, así se denominan a los paisajes en maceta. Sus poemas no suelen llevar título. En este libro, y en general en su obra, con cada poema María Eugenia sitúa al lector ante un paisaje, ante la emoción.

Su siguiente publicación fue la plaquette Sybille Schmiz (Chile, 2007).
El título hace referencia a una actriz alemana nacida en 1909 y que se suicidó en 1955. Hay una película de Fassbinder que trata de ella. Si su plaquette habla de una mujer y el sufrimiento, ese tema sigue presente en su siguiente libro: Arena (México, 2009) es un homenaje a las víctima del feminicidio.
Ella había leído sobre feminicidio en Argentina, en Ciudad Juárez, en Guatemala...
Eligió el título porque arena es el lugar donde se encuentran enterrados los cuerpos y es lugar también de combate.
Dividido en siete partes, las seis primeras llevan el nombre de cada una de las seis víctimas de Jack el destripador. La última se titula María y ella nos confiesa que "soy yo misma, somos todas".

Jirones de París (Barcelona, 2014) es su siguiente libro publicado. Con alma narrativa, retrata un recuerdo: el amor de dos chicas en París. Poesía breve, intensa, llena de melancolía y ternura la autora construye una atmósfera íntima, en la que el amor evocado es una insinuación elegante y sensual cercana al erotismo.

Su penúltimo libro publicado es Carlinga, un avión pilotado por dos poetas, una argentina, María Eugenia López y un chileno, Javier Norambuena.
Este “diccionario sudaca”, como ellos mismos lo definen nació de observar a un elefante orinando en un zoo. La poesía puede estar en cualquier parte, en cualquier situación. No extraña que la primera letra de este abecedario poético sea la A de animal.
Un proyecto arriesgado en el que inevitablemente el lector comparará ambos discursos y entenderá que pueden complementarse. Los contenidos líricos, surrealistas, sutiles, plenos de imágenes sensoriales de María Eugenia en los que no faltan los diminutivos, las referencias a los animales… se complementan, como digo, con un paso más allá: lo fragmentario, el discurso casi onírico, la sonoridad, la creación de imágenes estupefacientes y de atmósferas, el discurso, en definitiva, no necesariamente racional de Javier Norambuena.

Para una historia de los alimentos (2018), es su último libro editado. Retoma textos de Jirones de París y nos pasea por la ciudad del Sena mientras el amor y el paisaje se adueña de las páginas en su primera parte. En la segunda parte,  “Se oye un sónar bajo el agua”, el paisaje marítimo, la flora y la fauna nos contemplan en la voz de la poeta.

Cuando escuchéis leer esta tarde a María Eugenia vais a saber el porqué de mi debilidad por ella. Su tono cómplice en la prosodia de la lectura, su descripción lírica del mundo, sus diminutivos que son seña de identidad, su compromiso…

Abrid bien los ojos, los oídos y el corazón: María Eugenia López.

Javier Díaz Gil
17 de febrero de 2020

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