así de caprichosas son las palabras a veces: vienen a nosotros cuando estamos sin nuestros elementos de captura; sin red donde guardarlas. Las mariposas intuyen la red y en ese instante vuelan. (El coleccionista lo sabe bien).
Para esos momentos que nos cuentas,que ni el ipad ni el móvil, las servilletas de los bares son un lugar perfecto para dejar prendida la mecha. Eso sí no habremos de olvidar en qué bolsillo la guardemos o la sacaremos de la lavadora con sus palabras borradas :)
Querida Victoria, el coleccionista, bien lo sabes, se valía de un cazamariposas para atrapar las palabras en peligro de extinción. Esa servilleta de papel arrugada que tú nombras, es otro lugar perfecto para atrapar palabras, escribir un poema. Y aun con sus palabras borradas, el poema sigue estando ahí. Sólo los que permanecen con los ojos atentos son capaces de ver de nuevo el poema en las palabras borradas.
Querido Amando, este poeta defendía también la poesía del silencio... ja, ja, ja. Hay que tener un lápiz cerca siempre por si acaso. Un abrazo querido amigo Javier
Querido Javier,
ResponderEliminarasí de caprichosas son las palabras a veces: vienen a nosotros cuando estamos sin nuestros elementos de captura; sin red donde guardarlas. Las mariposas intuyen la red y en ese instante vuelan. (El coleccionista lo sabe bien).
Para esos momentos que nos cuentas,que ni el ipad ni el móvil, las servilletas de los bares son un lugar perfecto para dejar prendida la mecha. Eso sí no habremos de olvidar en qué bolsillo la guardemos o la sacaremos de la lavadora con sus palabras borradas :)
Un abrazo
Victoria
Querida Victoria,
ResponderEliminarel coleccionista, bien lo sabes, se valía de un cazamariposas para atrapar las palabras en peligro de extinción. Esa servilleta de papel arrugada que tú nombras, es otro lugar perfecto para atrapar palabras, escribir un poema. Y aun con sus palabras borradas, el poema sigue estando ahí. Sólo los que permanecen con los ojos atentos son capaces de ver de nuevo el poema en las palabras borradas.
Un beso amiga
Javier
Me gusta este poema de la nueva tanda. Te regala una sonrisa al final. Parece más superficial de lo que es. Un beso, Rocío
ResponderEliminarNo importa, también defendía la vacuidad de las musas.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Rocío, eso intento, jugar con la ironía y que el poema lleve su carga de profundidad...
ResponderEliminarMe alegra que lo hayas visto.
Un beso amiga
Javier
Querido Amando, este poeta defendía también la poesía del silencio... ja, ja, ja.
ResponderEliminarHay que tener un lápiz cerca siempre por si acaso.
Un abrazo querido amigo
Javier