EL POETA ESPIRITUAL
El poeta probó a escribir poemas
más espirituales.
Harto de carnalidad
adelgazó sus palabras,
las sometió a contemplación:
conquistó el paraíso
del alma.
Todo tiene un límite.
Abandonó la escritura
y el camino de las privaciones
el día que no detectaron su cuerpo
las células fotoeléctricas
de los centros comerciales.
Javier Díaz Gil
24 de febrero de 2015
Puede que abandonara la escritura simplemente porque -además de en los centros comerciales- ya no detectaban su presencia en los cenáculos literarios. Y eso sí que duele.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Querido Amando, es el peligro de vo0lverse demasiado espiritual, jaja, pasar desapercibido hasta en tus propios círculos poéticos. Lo malo no es que ya no detecten tu presencia, lo malo es que ni te echen de menos. Un abrazo, querido amigo.
ResponderEliminarJavier
Que poeta tan inteligente siempre experimentando...
ResponderEliminarNo entiendo de conquistas, pero es verdad que todo tiene un límite aunque a veces resulte muy complicado ver esas fronteras invisibles. En los límites también hay vallas electricas.
El poeta es tan auténtico que hasta en el lugar más frío, un centro comercial, escribe un poema.
El poeta es tan poeta que hasta abandonado la escritura, escribe.
Un abrazo fuerte Javier
Victoria
Querida Victoria, con este poema he jugado a la ironía. Pero sirve también para mostrar verdades, como sabes. Es cierto que ser poeta es una actitud vital, una forma de mirar el mundo. El poeta que abandona la escritura también sigue siendo poeta.
ResponderEliminarPor cierto, la frase de tu comentario "En los límites también hay vallas eléctricas." es un verso final fantástico par un poema. Yo siempre poniéndote deberes, Victoria: ¿te animas a escribirlo?
Un beso grande, amiga
Querido amigo,
ResponderEliminaryo sólo tengo palabras de agradecimiento para esos deberes que me ofreces que son un testigo que dejas en mi mano, un reto y una forma de sentirme dentro. Dentro de la escritura.
Gracias,
Un abrazo
Querida Victoria, estoy seguro de que será un gran poema, ya estoy deseando leerlo.
ResponderEliminarGracias a ti, siempre, por recoger el guante.
Un beso grande
Javier