SANTA AGNES
Donde los ojos
miraron
el blanco luminoso de la cal,
-la iglesia luz
sobre el azul del cielo-,
donde la punta de la lengua reconoce
el sabor del café y de la paz.
Hay espacios para encontrarse
-donde perderse para siempre-
adonde huir
de todos los fantasmas.
Espacios
-como tablas de náufrago-
donde sabremos
reconocernos.
© Javier Díaz Gil
bonito poema que describe perfectamente a este bello pueblo, de donde vienen mis raices. Por cierto en mi blog aunque menos poético le dedico muchas entradas.
ResponderEliminarGracias Vicnete.
ResponderEliminarVerderamente es un lugar precioso. Eres muy afortunado de ser de allí.
Un abrazo
Javier