Presentación de El paisaje del héroe de Luis María Gil Espinosa
El viernes 8 de octubre de 2021 tendré la fortuna de presentar el último poemario de Luis María Gil Espinosa, poeta y compañero de la Tertulia Literaria Rasacamán que coordino.
Será en el café María Pandora de Madrid a las 19 h. Plaza de Gabriel Miró, 1 (Las Vistillas). Madrid.
Tiene editados dos poemarios, “Celeste y sombra” y ”Conjura de la noche”. El tema recurrente de la sombra y la noche que se repite en la segunda parte de este libro dedicada al amor y al deseo. En el campo de la narrativa ha publicado “Un juego peligroso”. Sus poemas han aparecido en diferentes revistas y antologías.
Ha pertenecido al grupo de Poesía del Círculo de Bellas Artes y a la Asociación “Versos pintados” del café Gijón. Actualmente está vinculado al Aula Literaria del Ateneo de Madrid, a la Tertulia Literaria Rascamán, al Departamento de Arte y Cultura de la Asociación Isegoria y colabora también con el Club de Amigos de la Unesco.
El Librepensador.
Un hombre libre es siempre fiel
a sus ideas.
No vende su opinión al eco
de otras voces
si la razón no las ampara.
No se esclaviza a valores espurios
ni a la ley que dictaron unos jueces
serviles al poder y a sus prebendas.
Pensar con libertad es duro,
casi heroico
en un país oscuro de horizontes
como en el que habitamos.
A ese hombre, quien podría
unirle a ningún yugo,
ni empujarle al rebaño
de los sometidos?
Ama la libertad y la defiende,
también la de otros hombres
si así lo mereciesen.
Lucha por sus ideas
y combate por ellas,
pero elige sus armas
no las que otros quisieron
ponerle entre las manos.
Sabe que su verdad
no es un fruto perfecto,
pero lo siente y la valora.
Es incólume al tiempo
y al desanimo.
Los años no limitan
su voluntad ni su entereza.
Es libre, y esa palabra basta!
Me duele esta tierra…
Me duele esta tierra,
la mía, la de muchos.
Una tierra hollada por
quienes la escarnecen
desde la atalaya
de un poder infausto,
ese, que vosotros les disteis
una augusta mañana
de solemnes promesas
fementidas.
Me quema esta tierra,
Me hiela el viento que la azota,
la lluvia que la inunda,
el sol que la ilumina.
Escucho la legítima
voz de los que sufren
y pregunto:
el sudor que
vertéis cada jornada
que fruto fecunda,
que futuro esclarece?
No parece real
tal sumisión,
pero existe,
y la nutrís calladamente
como el aire a la llama.
Me hiere el presagio
de un devenir oscuro
que se acerca indócil
a nosotros.
Nada cambia,
la historia se repite
en el duro paisaje un país
que hacemos despertar
cada mañana.
Ahora, serenamente,
meditad mis palabras,
y luchad por aquello
que os pertenece.
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