QUEDA
Queda la nieve en el cuchillo de las montañas,
el agua tiñendo el sol
y el viento.
Quedan las siluetas de los clavos y las
gaviotas
temblando en la orilla
del frío.
Queda el fantasma
de los árboles talados,
los tocones muertos junto al arroyo.
Queda mi imagen última
reflejada sobre el vidrio
del pasado,
Queda
lo que ya no existe,
lo que nunca
ha sido.
Javier Díaz Gil
20 de noviembre de 2018
Toda la melancolía con que se tiñe tu poesía, aparece disuelta en ese estar y no estar que el poema reclama. Cada vez eres un poeta más afilado. Y más de mirada herida.
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ResponderEliminarQueda la ausencia. Y las hermosas palabras que la nombran.
ResponderEliminarUn poema precioso Javier. Un abrazo grande
Muchas gracias, amigo Félix. Un abrazo inmenso.
EliminarQuerido Paco, tus palabras me emocionan. Agradezco mucho tu comentario, tu lectura. Sabes, como yo, que estamos conformados por las presencias pero también por las ausencias. Un abrazo enorme
ResponderEliminarPrecioso retorno sobre un desequilibrio sin nombre, que asuma y guarda el impoluto iris del poeta. Gracias, Javier, por dejarnos este precioso poema como regalo de este mes.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, me hubiera gustado saber tu nombre para agradecerte tus palabras. Gracias por visitar mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Javier