Javier Díaz Gil, Emilio Porta, Aureliano Cañadas y Alejandro Santiago (editor) |
El pasado jueves, 14 de febrero de 2019, presentamos en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles (c/ Leganitos 10) el nuevo poemario de Aureliano Cañadas, "Laberinto".
En la mesa, compartimos con Aureliano la presentación del acto Emilio Porta (escritor), Alejandro Santiago (editor, editorial Nazarí) y Javier Díaz Gil.
Una vez hecha la introducción por nuestra parte, Aureliano Cañadas invitó a leer alguno de sus poemas a amigos y familliares (su sobrino nieto Luca de 7 años abrió la lectura y continuó Celia Cañadas, José León Cano y Carlos Doñamayor).
Una vez hecha la introducción por nuestra parte, Aureliano Cañadas invitó a leer alguno de sus poemas a amigos y familliares (su sobrino nieto Luca de 7 años abrió la lectura y continuó Celia Cañadas, José León Cano y Carlos Doñamayor).
Hubo tiempo para el diálogo y para escuchar leer al propio autor sus poemas.
Como es mi costumbre, publico en mi blog el texto de mi presentación. "Laberinto" es un gran libro. os lo recomiendo.
Las imágenes que acompañan esta entrada son gentileza de Celia Cañadas.
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Aureliano Cañadas
Laberinto.
Asociación de Escritores y Artistas Españoles
c/ Leganitos, 10
14 de febrero de 2018, 19.30 horas
SI UNA GAVIOTA VOLARA
Si una gaviota volara
dentro de mí, qué oscuro
espacio encontraría
hasta caer,
porque soy
Teseo y he matado
aquello que más amaba,
nunca alcanzaría el mar.
Con este poema cerraba Aureliano Cañadas un libro anterior, publicado en 1995, “Porque soy Teseo”.
Después de 24 años y varios libros de por medio, publica Aureliano este “Laberinto”. Pareciera necesario al poeta regresar al mito, regresar a Teseo para ofrecerle una nueva oportunidad, para salvar la vida a Minotauro.
Volver a ser Teseo
….
Y perdonar la vida a Minotauro.
dice en el poema que abre el libro “Laberinto”
Aureliano Cañadas nació en Almería en 1936. Es Licenciado en Literatura Hispánica por la Universidad Complutense, Diplomado por el Instituto de Idiomas de la Universidad de Granada, entre otros títulos académicos. Autor de dieciséis poemarios, ha recibido algunos premios, entre ellos el José Luis Gallego, el Marina Romero de la Asociación de Artistas y Escritores Españoles, el X Premio de Poesía del Aula de Encuentros del Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Andrés García Madrid del Ateneo 1º de Mayo de CC.OO., y el María del Villar de la Fundación navarra del mismo nombre. Incluido en varias antologías de ámbito nacional y autonómico, ha colaborado en las más importantes revistas literarias españolas. Es corresponsal en Madrid de Ágora y miembro del Instituto de Estudios Almerienses. Ha sido traducido al griego, al portugués y al rumano.
Si entonces era la voz del poeta la que se alternaba con la de Teseo, ahora, un autor más reflexivo nos recrea de nuevo el mito. Y son las voces de Teseo, Ariadna y Minotauro los protagonistas, añadiendo, en ocasiones, las del pueblo griego o la del propio poeta transmutado en observador.
Sólo los grandes poetas son capaces de abordar de nuevo un mito y hacerlo más grande. Aureliano Cañadas posee el conocimiento formal y lírico para afrontar el reto pero también la sabiduría del mundo griego que lo convierte en un poeta heleno, en un trasunto del mismo Homero rememorando el Hades o las sirenas..
Lo demuestra en su manejo consolidado de la silva libre impar, de las imágenes (la risa, entre sus labios, / se muere como un pez fuera del agua), el uso de recursos como la aliteración como en el poema “De repente la risa”
Luego prende la llama de un sollozo
y en llantos y en lamentos arde el día.
O ese juego de antítesis que tanta fuerza da a los finales de poemas como “La hoja de Minos” en el que habla Ariadna:
Por tu gracia y tu arrojo
Atenas quedaría liberada
y de tu corazón cautivo el mío.
Las voces poéticas que maneja con sabiduría en Laberinto ya las manejaba en sus anteriores entregas. Quiero recordar especialmente su utilización certera en “La isla de la Nada” en la que el poeta alternaba su mirada con la de la propia Isla de La Nada, la muerte.
El tiempo transcurrido, la madurez, hace al poeta más reflexivo.
Quizá por eso, es Laberinto, estoy convencido, un canto intencionado de amor y libertad. El amor de Teseo a Ariadna y al pueblo ateniense, el amor a Minotauro. Porque Teseo (y el lector, en suma) se reconocen en Minotauro y saben del sufrimiento y el dolor que encierra el Laberinto.
Muestra de ello es el breve poema “Corazón” en el que en dos versos expresa una sentencia que podría ser a la vez voz de Teseo y Minotauro:
Alcancé el corazón del laberinto.
Quién pudiera olvidar.
La ausencia de libertad, el destino al que nos someten los dioses (de los que descree el poeta), las segundas oportunidades que hubieran cambiado una vida y, por qué no, la propia Historia, la búsqueda de sí mismo o el sacrificio más alto, el del propio amor… son temas que recorren los poemas de Laberinto.
Nos mostrará Aureliano Cañadas a Minotauro no como un monstruo terrible, sino como un ser que sufre, que pide una voz (como la pide el poeta), que pide la muerte para que lo liberen de tanta soledad, del laberinto de su cárcel.
Yo no envidio en el hombre su cabeza…
…
sino solo su voz y la palabra
con la que los dioses permitieron que ordenara
la belleza del mundo,…
Laberinto es un libro para leer despacio, para dejarse arropar por las ideas que quien conoce la obra de poeta sabe que transitan por la poesía de Aureliano Cañadas.
En este libro hay poemas centrales que es necesario destacar, como “Vivir” en el que el poeta habla a Teseo del descrédito de los dioses:
Vivir es aceptar
…
Porque dioses y Hades son inventos
de inútiles aedas.
Y nadie sabe nada.
O el poema “Qué dio fuerza a mi brazo”
…un hombre al que los dioses
no concedieron su clarividencia
sino solo la vida, esta fugaz
singladura hacia el Hades.
Malditos dioses y maldita vida.
Podría seguir citando ejemplos de los temas sobre los que reflexiona Aureliano Cañadas: la vejez, el paso del tiempo, la muerte, el placer, o la conminación que nos hace en el poema “Sirenas” a disfrutar el instante:
Escuchad y gozadlas ahora que os ofrecen
su juventud.
Pero es el amor, como decía al principio junto a la libertad, el tema central de este libro.
El amor como en Quevedo, sobreviviendo a la muerte.
Así lo expresa en el poema que cierra “Laberinto”:
Debajo de las olas del rencor
y del resentimiento
…
y sin embargo vivo,
permanece el amor.
…
y el tiempo nada puede contra su audaz materia.
Es una suerte, no lo había dicho todavía, presentar a Aureliano Cañadas, poeta grande y maestro. Es una suerte compartir y escuchar sus poemas esta noche. Poesía grande.
Aureliano, gracias por tu palabra, gracias por mostrarnos la salida del Laberinto.
Javier Díaz Gil
11 de febrero de 2019
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