Han quitado los tres árboles secos de mi acera.
Son testigos los alcorques vacíos
y la tierra removida.
Miro a la gente pasar
y me pregunto si sólo yo
me doy cuenta de su ausencia.
No puedo culparles.
Sé que existen otros mundos
por los que apenas transito.
Mundos ajenos de los que regreso
triste a veces y solo
como un niño perdido.
Mundos en los que amo y sobrevivo
y en los que naufrago amarrado
a pecios que, como yo, flotan a la deriva.
El viento es siempre caprichoso
pero he aprendido a soportarlo.
Trato de mirar
más allá
del propio viento.
Cuando yo ya no esté y deje mi sombra
de posarse en todos los pequeños mundos,
cuando yo ya no esté,
y los huecos vacíos de los alcorques griten
la ausencia de la tierra removida,
¿no habrá una mirada,
-al menos una-,
que pronuncie
mi nombre?
Javier Díaz Gil
26 de enero de 2015
Seres hacia la nada. Jamás nos resignaremos, Javier. La poesía es un arma hacia el futuro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Paco. No nos resignamos y por ello tenemos la poesía como respuesta o como intento de trascender. De fijar la mirada hacia el futuro como muy bien dices querido amigo.
ResponderEliminarun abrazo poeta.
Cierto Paco. No nos resignamos y por ello tenemos la poesía como respuesta o como intento de trascender. De fijar la mirada hacia el futuro como muy bien dices querido amigo.
ResponderEliminarun abrazo poeta.
Los años van pasando, e inevitablemente nuestros pensamientos e inquietudes van evolucionando con el tiempo. Empiezas a pensar que, algún día no estarás aquí. ¿Pronunciará alguien tu nombre? Puedes estar seguro que sí: has dejado tu huella en los libros publicados, en tus tertulias, tus amigos... Y eso queda. Un beso. Pilar
ResponderEliminarGracias Pilar por tu comentario. Dejar huella, dejar memoria de uno en los que se quedan, vencer a la muerte. Dicen que no muere aquel que sigue vivo en la memoria de los demás. Pero al final lo que importa es vuvir e intentar hacer un poco más habitable y feliz el mundo. Un beso grande querida amiga.
ResponderEliminarD. Javier, entre los placeres que me supuso asistir a la presentación de Frágil de nuestra amiga común Adriana, fue, sin duda, conocerle personalmente, aunque ya le conocía a través de sus poemas. Suerte y espero coincidir en más ocasiones. Para que me enseñe, para aprender. Un saludo.
ResponderEliminarD. Javier, entre los placeres que me supuso asistir a la presentación de Frágil de nuestra amiga común Adriana, fue, sin duda, conocerle personalmente, aunque ya le conocía a través de sus poemas. Suerte y espero coincidir en más ocasiones. Para que me enseñe, para aprender. Un saludo.
ResponderEliminarEloísa. Muxhas gracias por tu comentario. Fue una alegría también conocerte. Casi vecinos en Zarzaquemada... y saber de tu actividad literaria y tus talleres. Espero que nos encontremos a menudo y sigamos compartiendo amistad y poesía. Un beso Eloísa.
ResponderEliminarNo te preocupes, compañero. Cuando eso ocurra, los admiradores de tu poesía pediremos al ayuntamiento que coloquen en tu lugar un bolardo.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Jajaja, gracias Amando, me has hecho reír. Un buen bolardo poético en el que tropiecen de vez en cuando los peatones... no es mala idea, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo grande poeta
Javier