COMO PEZ LÚBRICO
Como pez lúbrico
asciendo por el caudal de tus rodillas.
Siembro de labios la piel que se abre,
el incendio de corolas
que grita mi nombre,
los ojos de la noche y
su consuelo.
Tiene mi lengua vocación de sombra,
de volcán diminuto,
de venganza.
El agua del miedo
se evapora en tu cintura:
sudor y sal,
silencio de sangre acelerada.
Ya solo soy memoria y pierdo,
-mísera pequeña muerte-
derrotada madera,
hundida al sur de los espejos.
Para cuando no regrese,
guardo en mi espalda
el mapa de tus manos.
31/10/2013
© Javier Díaz Gil
Resulta conveniente tener esos mapas, incluso esas pequeñas muertes, en estos tiempos de navegadores erráticos.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Amando, estoy contigo. Muchas gracias por leerme. Un abrazo querido amigo
ResponderEliminarJavier