REFUNDACIÓN DE LA PALABRA
¿De qué le sirve al poeta
custodiar la palabra
si en tiempos de intemperie
nos esconde?
¿Para qué el castigo que Zeus
infligió a Prometeo
por entregarnos el fuego?
No temáis a los dioses.
La palabra ya no sabe de belleza,
es acero mostrando las mentiras,
es la sangre roja
manchando el barro.
Apagad el brillo del sonido.
Pedid inteligencia y valor
para nombrar las cosas.
El nombre exacto de las cosas.
Refundemos la palabra.
Desnudemos los nombres de adjetivos.
Que sea en tus manos la palabra dolor.
Que la palabra verdad tenga
la forma de tu boca.
© Javier Díaz Gil
1 de abril de 2013
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