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miércoles, 2 de enero de 2013
Un poema de Javier Díaz Gil para empezar enero 2013
LA DANZA O EL ARTE DE VOLAR
(Para Javier G. Alcantud)
Para que aprendas a elevarte,
Te daré alas.
Te cubriré de plumas
Para que seas ingrávido.
Tendrán tus tobillos la certeza
Del grafito, tus brazos dibujarán esferas
En el aire. Tu pecho, nubes.
Girarás como si se acabara el mundo
En el instante siguiente.
Por encima de tus hombros
Estallarán ligeras las manos
Y tus dedos se prolongarán
Desgarrando el silencio.
Sólo entonces
olvidarás
que volaste.
Lo olvidarás
cuando, cumplida la obra,
Tome tus alas y tus plumas,
La ingravidez y el aire.
Todo el aire.
Nada ya te será necesario,
No habrá memoria de vuelo.
No sabrás
que fuiste ave.
Haré nacer la música.
-No habrá memoria de vuelo-.
Bastará con cerrar los ojos
Y danzarás.
© Javier Díaz Gil
17/10/2012
Me gusta Javier. Me gusta ese final sobre todo. Un besooo maestro, Rocío
ResponderEliminarGracias Rocío. El final, ya sabes, es muy importante. Sobre todo en este porma, el que era necesario salir volando, exprirmentar el aire.
ResponderEliminarUn beso Ro.
Enhorabuena por este poema, Javier. Qué bien si pudiéramos sentirnos más ligeros, ¿verdad? Abandonar la pesadez que nos lastra las alas y no nos deja levantar el vuelo, escapar por el aire de la infelicidad que nos atrapa en este suelo que pisamos...
ResponderEliminarAl menos durante un ratito, lo que dura tu poema, he llegado a creérmelo.
Un abrazo, Javier, con toda la pureza del aire.
Gracias Iñaki. Estoy convencido que la ingravidez tiene que ver más con la actitud de cada uno que con su físico. Podemos prescindir de todo lo que nos lastra las alas si queremos. La posibilidad del vuelo está en nuestra cabeza.
ResponderEliminarUn abrazo querido amigo.