LA NOCHE
Permanezco en la rampa
con el motor del coche encendido
las ventanillas cerradas
la noche fuera.
La fila de coches no avanza.
El letrero rojo
de parking completo.
Y el amor, como veneno, atravesando las venas,
el motor encendido,
las ventanillas cerradas.
La luz roja de la reserva.
La noche fuera,
el motor encendido,
las ventanillas cerradas.
La noche no avanza.
El veneno dueño de mi sangre.
Permanezco en la rampa,
la noche fuera,
la noche fuera.
© Javier Díaz Gil
1 de febrero de 2011
Claustrofóbico sentimiento. Atrapado.
ResponderEliminarBuen poema
besos
Gracias Carlota, esa era mi intención, conseguir esas sensación de claustrofobia. me alegro de que te guste.
ResponderEliminarUn beso
Javier