"Cuéntame un poema y te rimo un cuento"
(Foto: Rocío Díaz Gómez y Javier Díaz Gil)
(Foto: Rocío Díaz Gómez y Javier Díaz Gil)
Y la lectura compartida y dialogada tuvo lugar. El viernes 21 de enero a las 20.30 nos dimos cita junto a un montón de amigos para compartir poemas y relatos.
Los relatos de Rocío Díaz Gómez y mis poemas.
Y lo primero fue la presentación generosa de un excelente amigo y mejor narrador: Alberto Ramos Díaz, a quien no quiero dejar de nombrar aquí. ¡Gracias Alberto!
Los textos de cada uno fueron dialogando con los del otro y hablaban del paso del tiempo y de las edades del Hombre, de cómo nos enfrentamos a la vida y de cómo nos vamos haciendo Literatura.
Y comenzamos leyendo textos sobre la vejez y, la madurez y, fuimos descumpliendo años, para leer luego sobre la juventud, y terminar con la infancia.
Y tras la infancia, el acto dio paso a un relato-experimento. Era nuestra sorpresa y nuestro regalo esa noche a los amigos que nos acompañaron en el "Diablos Azules". Un relato escrito ex profeso para el recital en el que se integraban mis poemas en el hilo narrativo de la prosa de Rocío.
Y funcionó.
Y ¿por qué no?, pensamos. ¿Por qué no repetir esta lectura en más sitios?
Eso haremos y os lo iremos anunciando debidamente en nuestros blogs.
Podría contaros más cosas pero es que Rocío Díaz Gómez, en su blog ha dejado una preciosa entrada sobre el evento a la que os remito. Podréis ver fotos y leer su comentario. Pinchad en el siguiente enlace:
http://rociodiazgomez.blogspot.com/2011/01/cuentame-un-poema-y-te-rimo-un-cuento.html
Yo quiero completar lo que ella os cuenta colgando en esta entrada uno de los poemas que leí. Un poema dedicado al poeta, amigo y maestro Aureliano Cañadas.
Os copio aquí el texto del poema y el vídeo.
Gracias a todos los que nos acompañasteis esa noche, los que estuvisteis allí y los que no, pero nos teníais en vuestra mente dándonos fuerza y calor.
Los relatos de Rocío Díaz Gómez y mis poemas.
Y lo primero fue la presentación generosa de un excelente amigo y mejor narrador: Alberto Ramos Díaz, a quien no quiero dejar de nombrar aquí. ¡Gracias Alberto!
Los textos de cada uno fueron dialogando con los del otro y hablaban del paso del tiempo y de las edades del Hombre, de cómo nos enfrentamos a la vida y de cómo nos vamos haciendo Literatura.
Y comenzamos leyendo textos sobre la vejez y, la madurez y, fuimos descumpliendo años, para leer luego sobre la juventud, y terminar con la infancia.
Y tras la infancia, el acto dio paso a un relato-experimento. Era nuestra sorpresa y nuestro regalo esa noche a los amigos que nos acompañaron en el "Diablos Azules". Un relato escrito ex profeso para el recital en el que se integraban mis poemas en el hilo narrativo de la prosa de Rocío.
Y funcionó.
Y ¿por qué no?, pensamos. ¿Por qué no repetir esta lectura en más sitios?
Eso haremos y os lo iremos anunciando debidamente en nuestros blogs.
Podría contaros más cosas pero es que Rocío Díaz Gómez, en su blog ha dejado una preciosa entrada sobre el evento a la que os remito. Podréis ver fotos y leer su comentario. Pinchad en el siguiente enlace:
http://rociodiazgomez.blogspot.com/2011/01/cuentame-un-poema-y-te-rimo-un-cuento.html
Yo quiero completar lo que ella os cuenta colgando en esta entrada uno de los poemas que leí. Un poema dedicado al poeta, amigo y maestro Aureliano Cañadas.
Os copio aquí el texto del poema y el vídeo.
Gracias a todos los que nos acompañasteis esa noche, los que estuvisteis allí y los que no, pero nos teníais en vuestra mente dándonos fuerza y calor.
LILLE. 1964
Para Aureliano Cañadas. Poeta, amigo y maestro.
Sobre la pared
los borrachos de Velázquez
vierten su jarra de vino.
Mi mano lenta
sobre el papel.
Mi patria es mi palabra.
Escribo amor y odio,
luz y distancia.
Don Sebastián me mira
de espaldas
y me dice en francés
que no tema.
Escribo noche y miedo,
luz detenida.
Hay un vino derramado
y una taberna en un lienzo
lejos de mi boca.
Diego Velázquez
habló en italiano y creyó en Dios.
Brota de mis ojos
el dolor.
Luz
detenida.
© Javier Díaz Gil
Abril 2009
Para Aureliano Cañadas. Poeta, amigo y maestro.
Sobre la pared
los borrachos de Velázquez
vierten su jarra de vino.
Mi mano lenta
sobre el papel.
Mi patria es mi palabra.
Escribo amor y odio,
luz y distancia.
Don Sebastián me mira
de espaldas
y me dice en francés
que no tema.
Escribo noche y miedo,
luz detenida.
Hay un vino derramado
y una taberna en un lienzo
lejos de mi boca.
Diego Velázquez
habló en italiano y creyó en Dios.
Brota de mis ojos
el dolor.
Luz
detenida.
© Javier Díaz Gil
Abril 2009