lunes, 29 de noviembre de 2010

Silvio Rodríguez: "Demasiado". (29 de noviembre: Feliz cumpleaños, Silvio)

Silvio Rodríguez Domínguez. (San Antonio de los Baños, Cuba, 29 de noviembre de 1946)
(Imagen de Contraportada del CD "Segunda Cita" de Silvio Rodríguez)


Hoy hace 64 años que nació Silvio Rodríguez, trovador cubano universal.
Esta entrada es una forma de felicitar al maestro en su cumpleaños y de felicitarnos por escribirnos canciones eternas que no dejan de emocionarnos aunque pase el tiempo. Eso es la poesía.

¿Qué es si no la poesía?: palabra que trasciende el tiempo.

Y en este día de su cumpleaños se me ocurrió que quería elegir una canción como regalo para él, como regalo a todos nosotros, y publicar esta entrada.

Y rápido, se me hizo presente la melodía y la letra de "Demasiado".
Hay algo de "carpe diem" en esta canción. De exigencia por conseguir lo que nos merecemos, por no conformarnos con poco. De no "conformarnos con un breve sorbo la única vez".

Hay que seguir soñando y seguir reivindicando lo posible.
Hay demasiados "nunca", demasiados "no", para tantos sueños, para tanto amor.

Este bolero en la voz de Silvio es un canto que nos empuja a no dejar escapar el instante, de vivir, de no conformarse.

"Demasiado", es la cuarta canción de su último disco, "Segunda cita" editado en 2010.
Dedica Silvio esta canción en el disco al músico cubano, nacido en 1922, César Portillo de la Luz. En palabras de Silvio:

“A César Portillo de la Luz lo conocí hace cuatro décadas. Por entonces lo perseguía por los bares nocturnos en que él cantaba. En la secuencia lo vi construir canciones con los interludios que improvisaba entre tema y tema. Él fue parte de mi ritual de iniciación y me alumbró con secretos del oficio de trovador con poca voz. Saber que la inmortal ‘Contigo en la distancia’ la había compuesto el mismo año en que yo había nacido fue algo que siempre me impactó. Odilio Urfé -pianista, musicólogo y persona inolvidable- llamaba a Portillo ‘el filósofo del bolero’. Demasiado se la dedico a César con mucha deuda y admiración.”

En mayo-junio de 2010, después de 31 años (en 1979 hizo una gira con Pablo Milanés) Silvio Rodríguez volvió a cantar en Estados Unidos.

Recojo aquí en esta entrada un vídeo del emotivo concierto que celebró en Washington el 19 de junio de 2010.
Antes de empezar a cantar, Silvio dice entre otras, estas palabras:

"Se puede vivir sin muchas cosas
pero no se puede vivir sin música
pero no se puede vivir sin poesía..."

No puedo sino estar de acuerdo con él.

Os dejo aquí la letra de la canción y el vídeo.

Silvio... ¡Feliz cumpleaños!

Demasiado

(Silvio Rodríguez)

Demasiado tiempo,
demasiada sed
para conformarnos
con un breve sorbo
la única vez.
Demasiada sombra,
demasiado sol
para encadenarnos
a una sola forma
y una sola voz.

Demasiadas bocas,
demasiada piel
para enamorarnos
de un mal gigantesco
y un ínfimo bien.
Demasiado espacio,
demasiado azul
para que lo inmenso
quepa en un destello
solo de la luz.

Demasiado polvo,
demasiada sal
para que la vida
no busque consuelo
en el más allá.
Demasiado nunca,
demasiado no
para tantas almas,
para tantos sueños,
para tanto amor.

(2003)



martes, 23 de noviembre de 2010

Haiku: Noviembre


Noviembre

Silencio y frío.
Es la flor de noviembre
melancolía.

© Javier Díaz Gil
23 de noviembre de 2010

viernes, 19 de noviembre de 2010

Anagrama: Ramón Sijé y Marguerite Yourcenar



Marguerite Yourcenar y Ramón Sijé


Hay una figura estilística que el diccionario de la RAE define así:

anagrama.

(Del lat. anagramma, y este del gr. ἀνάγραμμα).

1. m. Transposición de las letras de una palabra o sentencia, de la que resulta otra palabra o sentencia distinta.

2. m. Palabra o sentencia que resulta de esta transposición de letras; p. ej., de amor, Roma, o viceversa.

3. m. Símbolo o emblema, especialmente el constituido por letras.


Casos de anagrama son los clásicos: amor/roma, monja/jamón, con los que nos divertíamos de niños.

Me interesan las dos primeras acepciones de la palabra porque quería hablar de cómo los escritores han utilizado esta técnica para crear, a partir de su nombre verdadero, su nombre literario.

Es el caso de Ramón Sijé y de Marguerite Yourcenar.

Ramón Sijé, el que fuera íntimo amigo de Miguel Hernández a quien dedicó su celebre elegía, tenía por verdadero nombre José Marín Gutiérrez.
La combinación de la letras de su nombre y primer apellido le procuraron a José un seudónimo más literario: Ramón Sijé.

Nació y murió en Orihuela (Alicante), (16 de noviembre de 1913 - 24 de diciembre de 1935). Hijo de José Marín Garrigós, comerciante de tejidos y Presentación Gutiérrez Fenoll. Tuvo dos hermanos, Justino (Gabriel Sijé) y Marilola. Estudió el bachiller con los jesuitas de Santo Domingo, y Derecho en Murcia como alumno libre. Desde joven mantuvo una estrecha amistad con Miguel Hernández, al que admiraba y con quien compartía inquietudes literarias y políticas, a pesar de sus diferentes opiniones.

Fundó la revista Voluntad junto a Jesús Poveda y el director de la misma, Manuel Martínez Fabregat, y El Gallo Crisis, junto a otros oriolanos, autor de un ensayo antirromántico La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas, que no se publicó hasta 1973 con prólogo de Manuel Martínez Galiano, por el Instituto de Estudios Alicantinos. De firmes principios católicos, Ramón prestó también atención a la teología y a la política, queriendo expresar en sus obras tanto sus creencias religiosas como sus valores humanos. La muerte de Ramón Sijé (de septicemia al corazón, tras una infección intestinal que lo retuvo en cama apenas diez días), acontecida en su pueblo natal, Orihuela, el día de Nochebuena de 1935, dio lugar a la creación de una de las obras más conocidas del poeta Miguel Hernández: "Elegía", incluida en su libro El rayo que no cesa.

(Tomado de Wikipedia)


¿Y Marguerite Yourcenar?

La autora de "Memorias de Adriano" se llamaba realmente Marguerite Crayencour, Yourcenar es por tanto, anagrama de su verdadero apellido.

Su nombre real completo era Marguerite Cleenewerck de Crayencour (Bruselas, Bélgica, 8 de junio de 1903 - Mount Desert Island, Estados Unidos, 17 de diciembre de 1987) fue una novelista, poetisa, dramaturga y traductora francesa.

Marguerite, tras nacer en Bruselas, fue educada por su padre en una finca en el norte de Francia. Su madre murió a los 10 días de su nacimiento por complicaciones en el parto. Su padre provenía de una familia aristocrática francesa y su madre era belga. Se crió en la casa de su abuela paterna.

Yourcenar leía a Racine y a Aristófanes a la edad de ocho años. Su padre le enseñó latín a los 10 y griego clásico a los 12.

A partir de 1919, abandona su nombre de pila y empieza a firmar como Marguerite Yourcenar. Su primera novela Alexis fue publicada en 1929. Su mejor amiga en ese momento, una traductora llamada Grace Frick, la invita a Estados Unidos, donde dará clases de Literatura comparada en la ciudad de Nueva York. Yourcenar era bisexual y ella y Frick se harán amantes en 1937 y seguirán juntas hasta la muerte de Frick en 1979 a consecuencia de un cáncer de mama.

Tradujo al francés Las olas de Virginia Woolf, en 1937, Lo que Maisie sabía, de Henry James, en 1947 y a Yukio Mishima. En 1951 publica en Francia, la novela Memorias de Adriano (en francés Mémoires d'Hadrien), en la que estuvo trabajando durante una década. La novela fue un éxito inmediato y tuvo una gran acogida por parte de la crítica. En Memorias de Adriano, Yourcenar recrea la vida y muerte de una de las figuras más importantes del mundo antiguo, el emperador romano Adriano. La obra está escrita a modo de larga carta del emperador a Marco Aurelio, su sucesor e hijo adoptivo. Adriano explica su pasado, describiendo sus triunfos, su amor por Antínoo y su filosofía. Memorias de Adriano fue una novela pionera, que ha servido de influencia en la posterior novelística histórica, convirtiéndose en una obra maestra moderna. Fue la primera mujer elegida miembro de la Academia francesa en 1980, aunque desde 1970 ya pertenecía a la Academia belga. Una de las más respetadas escritoras en lengua francesa, tras el éxito de Memorias de Adriano, siguió publicando novela, ensayo, poesía y tres volúmenes de memorias. Yourcenar vivió la mayor parte de su vida en su casa Petite Plaisance en Mount Desert Island en el estado de Maine. La casa es ahora un museo dedicado a su memoria.

(Biografía tomada de Wikipedia)

Ejemplos de anagramas curiosos hay muchos, basten los siguientes:

  • En la serie House MD, el nombre del doctor Gregory House es un anagrama que significa "Huge ego, sorry" (en español "Demasiado ego, disculpe").
  • El poeta André Breton criticó la afición por el dinero de Salvador Dalí con el anagrama de su nombre "Ávida Dollars".

Y podemos citar incluso poemas, como el siguiente, escrito por Gerardo Diego en 1944 que juega con el anagrama de la palabra Amor y cuyas cuatro letras sirven de título:

A,EME,O,ERRE

Gerardo Diego, 1944

Amor tiene cuatro letras,
vamos a jugar con ellas.
¿Lo ves? Ya estamos en Roma.
Por todas partes se va.
Por todas partes se llega.
El viaje Amor Roma Amor
con billete de ida y vuelta.
Y ahora a jugar con los dados.
«Alea jacta est». Espera.
¿Qué lees? Ramo. ¿Qué escuchas?
El ruiseñor se queja
de amor que en el ramo canta,
de amor que en el ramo mora.
Otra vez los dados vuelan
por el aire. Y cae Omar,
un príncipe de leyenda.
¿Amor de Omar? Falta ella.
Arriba los dados. Mora.
Amor de Omar a la mora.
Amor de la mora a Omar.
Siempre armo un juego de amor
que de ramo y que de mora.
Y vienen y van las letras
Buscando ese amor o mar.

Si quieres saber más sobre el anagrama te invito a visitar la página dedicada a él en la web juegosdepalabras. com. Sigue este enlace: http://juegosdepalabras.com/anagrama.htm

Interesante ¿verdad?

lunes, 8 de noviembre de 2010

Lectura de poemas y relatos de la Tertulia RASCAMÁN. Miércoles 17 de noviembre de 2010

Tertulia RASCAMÁN' Jam Session 2010

Desde hace cuatro años coordino una Tertulia Literaria en Madrid, la Tertulia "Rascamán", que en los dos últimos años se reúne en el café Ruiz (c/ Ruiz, 11 - Madrid) cada miércoles de 18 a 21 horas.

En esta Tertulia compartimos mesa poetas y narradores, escritores de calidad, con los que tengo la suerte de compartir no sólo textos sino amistad.

El próximo día 17 de noviembre de 2010, miércoles, a las 20.00 horas parte de los componentes de la Tertulia participaremos en una Jam Session "rascamanera" a las que estáis todos invitados. Leeremos poemas y relatos y os garantizo que no os van a defraudar.

La cita es en:

Bar Diablos Azules
c/ Apodaca, 6
Madrid
(Metro Tribunal)

La hora de inicio:

las 20.00 horas.

Los autores que participamos en el evento somos:

• Juan Antonio Arroyo
• José León Cano
• Aureliano Cañadas
• Celia Cañadas
• Javier Díaz Gil
• Rocío Díaz Gómez
• Carlos Fajardo
• Carmen Frontera
• Ana González
• María Juristo
• Celeste Lamas
• Sagrario del Peral
• Paloma

Os esperamos.

domingo, 7 de noviembre de 2010

"Epílogo", texto de Joan Margarit

Joan Margarit (Foto: Carlos Pérez Siquier )
(Tomada de http://www.joanmargarit.com/)

Leo en la revista digital "La Estafeta del viento" un artículo con un texto del poeta catalán Joan Margarit que pertenece a su futuro libro No estaba lejos, no era difícil, que verá la luz en los próximos meses.

En este texto habla de la dignidad, del tiempo, de la condición de poeta y dice frases tan memorables como:

No he encontrado mejor manera de amar a los demás que el ejercicio de la poesía, unas veces como lector y otras como poeta -he dicho en muchas ocasiones que para mí las dos opciones son lo mismo-...

Dado el interés de las palabras de Margarit no puedo resistirme a traerlas a mi blog para que se difundan lo más posible.
Disfrutad del artículo, merece la pena leerlo despacio.

Epílogo

Por Joan Margarit

No estaba lejos, no era difícil. Ya está aquí este tiempo, que no es el mío, en el que vivo con una mezcla agridulce de proximidad y distancia. Siento como el entorno se me va haciendo extraño. Ya no reconozco algunos valores y conductas que hoy son habituales. Cambian demasiado aprisa los paisajes. No, este tiempo no es el mío, pero es ahora cuando, en gran parte gracias a la poesía, siento una alegría tranquila que años atrás desconocía. No estaba lejos esta edad donde nadie duda en considerarme un viejo, aunque siempre con unas precauciones que me hacen sonreír, ya que son debidas a la absurda mala prensa que tiene esta palabra, sobre todo cuando es un sustantivo. Tampoco era difícil hacerme cargo con naturalidad, con complacencia incluso, de algunos sentimientos de los que la juventud suele hacer esfuerzos para alejarse o defenderse. La soledad y la tristeza, por ejemplo. Pienso que la asunción de estos sentimientos es como un mecanismo de relojería que la vida va activando para situar a la muerte en un horizonte familiar. He entendido las respuestas más peligrosas que la proximidad de la muerte puede generar y que se sitúan entre dos extremos: la desesperación y la huida hacia adelante, es decir, la sumisión a valores de la juventud. Por lo tanto, también, una forma de desesperación. Equidistante, está la lucidez, el paso previo a la dignidad. Y la admiración, el umbral del amor, como la alternativa a la queja y el desprecio.

Estos últimos años me he dado cuenta de que, a la vez que va disminuyendo la capacidad de aprendizaje, hace su aparición, como contrapunto, otra capacidad que acabará por ser la más importante: la de utilizar hasta el límite, para la exploración de nuevos territorios intelectuales y sentimentales, todo lo que se ha aprendido a lo largo de la vida. De esta manera también puede alcanzarse la lucidez necesaria para comprender el miedo. Pero esta nueva capacidad también depende de cómo ha sido el desarrollo personal hasta entonces. No hay manera de evitar una cierta irreversibilidad de la situación. Esto es lo que hace que esta etapa última pueda ser la más profunda, pero también la más banal, de la vida de una persona.

El miedo no es más que la falta de amor, un pozo que tratamos de llenar inútilmente con las cosas más variadas, en una acción directa, sin sutilezas, que no se acaba nunca, porque el pozo siempre está igual de vacío y oscuro. Cuando no se entiende el miedo, no se puede intentar nada más que esta acción sin matices, que es la del egoísmo, porque no puede tener en cuenta nada más que, sin saber de donde procede, rellenar el propio vacío. Entonces, el amor quizá no está lejos, pero es difícil. Hay que volver al tiempo antes del pozo, saber cómo y cuándo comenzó a cavarse. A mi edad esto es ineludible. A la sustitución del miedo por la lucidez, la llamo dignidad. Entonces es cuando resulta que el amor no estaba lejos ni era difícil.

La palabra <> viene del latín dignus, <>, y este significado evoluciona hacia los más complejos de 'merecedor de respeto' y, más aún, el de 'respeto por sí mismo', que es el significado que me interesa. Esta dignidad que es respeto por uno mismo conduce al amor, el cual se adentra a la vez por la inteligencia, el sentimiento y la sensualidad, que sucede dentro de cada uno y que sólo tiene que ver circunstancialmente con las actividades públicas de dedicación a los más necesitados, acciones que pertenecen siempre, de una manera explícita o implícita, al territorio de la política.

Amar es lo bastante complejo como para necesitar de todas las herramientas y maestrías que pusimos a punto en la época del aprendizaje. No he encontrado mejor manera de amar a los demás que el ejercicio de la poesía, unas veces como lector y otras como poeta -he dicho en muchas ocasiones que para mí las dos opciones son lo mismo-, y poniendo, tanto en la composición como en la interpretación de un poema, la misma honestidad que desearía y procuro practicar en cualquier aspecto de la vida civil y de la vida íntima. Pienso que este planteamiento es posible porque la poesía tiene la intensidad de la verdad. Lo que un poeta es, eso serán sus poemas: y no hay nadie más difícil de engañar que los buenos lectores de poesía. Al fin y al cabo una persona culta es la que sabe distinguir entre Chuangtsé y un gurú de cantantes famosos, entre una obra de Montaigne y un libro de autoayuda. No hay ni un solo buen poema en el que su autor no se haya involucrado de alguna manera hasta el fondo. Esto es lo que lo convierte en un acto de amor. Somebody loves us all ("Alguien nos ama a todos"), como dice el gran verso final del poema "Filling Station" ("Estación de servicio"), de Elizabeth Bishop.

En medio de todo esto, la poesía que más sigue interesándome se mueve en un territorio que yo llamaría sensato, evitando, en su relación con el misterio, los dos extremos en los que la falacia de la originalidad siempre intenta arrinconarla. Por un lado está la devaluación del misterio, que ha convertido ya a una parte de las artes plásticas y de la música contemporáneas en algo ajeno al riesgo y a la emoción y, por tanto, a la verdad. El otro extremo consiste en enfatizarlo de una manera exagerada, es decir, ignorar que hasta el misterio, o más que nada el misterio, debe ser tratado con sensatez. Que se desconozca el sentido o la explicación de algo, no implica que sea aceptable cualquier explicación, por descabellada que sea. La poesía, a pesar de su exactitud y concisión, no puede ser nunca un atajo.

Mi tiempo ha huido y me ha dejado solo en otro tiempo, pero mi soledad es una soledad de lujo. Me hace pensar en el exilio final de Maquiavelo en el mundo rural de su infancia, en aquellas tabernas donde, como explica en sus memorias, sólo hablaba con los rudos e incultos campesinos. Pero por la noche ponía una gran mesa con los mejores y más finos manteles, vajillas y cristalerías, que había traído de Florencia, y cenaba y conversaba con los sabios de la Antigüedad.

Por lo que a mí respecta, en este otro exilio que es, por su propia naturaleza, la etapa final -larga o corta- de la vida, siento que yo soy mi propio interlocutor. Ahora, ya no se está a tiempo de improvisar, debo haber hablado ya, desde hace mucho tiempo, con los sabios antiguos o modernos para que, efectivamente, y en muchas ocasiones a través de mis propios poemas, pueda reencontrarme conmigo mismo en el territorio de la dignidad. La dignidad de no asustarme de mi destino.

Verano de 2010


lunes, 1 de noviembre de 2010

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar noviembre 2010



DE PROFUNDIS


Desde
lo más
hondo
te lo pido.


Si no piensas
en mí


desaparezco.


© Javier Díaz Gil

24 de septiembre de 2010