miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar Diciembre 2009




Oº C


A cero grados centígrados
-en contra de lo que se pudiera suponer-
la vida no se congela.
Si acaso,
se ralentiza un poco,
se cubre
bajo montañas de mantas
y respira.

Pausadamente,
como queriendo acumular el frío,
azulear la piel,
volverla casi transparente.

La vida no se para,
aunque a veces,
lo grite
el corazón.

© Javier Díaz Gil Noviembre de 2009

6 comentarios:

  1. A mí me gusta el frío. Debo de ser rara. Me gusta un paisaje nevado de invierno.
    Buen inicio de diciembre!

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  2. Gracias Carlota
    El invierno tiene mucho atractivo y desde luego motivos para escribir sobre él. A mí también me gusta el frío.
    Buen diciembre también para ti!!
    Javier

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  3. La contemplación de la vida, a veces, hace gritar al corazón...
    Aunque ese grito, también merece ser contemplado. Sobre todo.

    Un beso Javier

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  4. El corazón a veces sí se para un poquito. Ahora bien ¿cuál es la causa y cuál es la consecuencia? ¿Es el frío el que nos para o es el hecho de estar parados lo que nos hiela? Un poco más lo segundo, ¿no?
    Buen poema.
    Un beso.

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  5. Me he quedado helado al descubrir con que frialdad se puede alcanzar un clima tan álgido.Espero poder descongelar el tiempo que ha querido enfriar nuestra amistad sin conseguirlo.
    Enhorabuena

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  6. El cabo... el culebra, gracias por tu comentario. Eres un amigo excepcional.
    El frío no enfriará nuestra amistad.
    No lo dudes.

    Un abrazo
    Javier

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