EL FRANCOTIRADOR (V)
El francotirador no olvida.
Ha ocupado tu casa y se esconde
detrás de tus recuerdos.
Se ha sentado a esperar.
No tiene prisa,
nunca la tuvo, lo sabes.
El suelo es la trampa,
puede que se hunda o te trague.
El francotirador te observa.
Crees que no respirando,
que agazapado y en silencio
estarás a salvo.
El silencio es herida,
él lo sabe.
Apaga la luz si quieres,
cierra los ojos, llora
si te alivia.
No estás solo.
Tu sombra se pierde
entre arena y frío.
El suelo está cediendo.
No hará falta esta vez
ni siquiera una bala.
© Javier Díaz Gil
25 de noviembre de 2008
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Me ha encantado este poema. Lo mismo digo del de noviembre que me ha tocado la fibra sensible.
ResponderEliminarUn abrazo. TERIURKA.
Gracias Tere por tus comentarios.
ResponderEliminarUn beso para ti y para todas las urkas.
Inquietantes estos poemas del francotirador. No hay donde esconderse, de nuestros actos responde siempre nuestra conciencia.
ResponderEliminarBesos y abrazos
Hola Javier
ResponderEliminarPues sí, un pacto con el francotirador y aprender a convivir con él, sería buena idea.
Un abrazo
Muy bueno, tal como no puedes escoger el día o la noche que vendrán... día para la alegría, noche para la desolación que alguna vez, a todos nos pasa.
ResponderEliminarUn abrazo siempre
Igual que agosto mato a julio, diciembre se lleva a noviembre y esta siempre allí acechando el tiempo, no necesita disparar, no podemos hacer nada: el tiempo pasa.
ResponderEliminarTendría que leer más para comprender pero eso es lo que me sugiere.
Un abrazo lleno de deseos de paz