miércoles, 2 de julio de 2008

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar Julio 2008


CICATRICES

Hablaste del amor y de una dama,
del mar que no cabía en la pupila,
de unos labios de acero que se afilan,
de sombras escondidas en tu cama.

La carne se consume en esta llama
esperando la sombra que vacila
-las palabras no sirven y se apilan-
la luz no es patrimonio del que ama.

Ya no hay manos que nazcan de tu piel,
sólo importa aquello que no dices:
la boca a la que sabes serle fiel.

El llanto consiguió echar raíces:
se puebla de naufragios el papel.
El poema tendrá mis cicatrices.

© Javier Díaz Gil
Junio 2008

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