LLUVIALa historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.
(Aristóteles)
Hemos llegado tarde
a nuestra cita con la lluvia.
No nos dio tiempo a alcanzar la calle,
a que asomaras siquiera
la punta de tu nariz
para besar el agua.
Cayó
tamborileando sobre los techos
de los coches vacíos,
poblando la mañana y el silencio,
como un mar acostumbrado
a los naufragios.
El sol ahora,
evapora celoso,
las últimas gotas de los parabrisas.
Para que no quede rastro
de una lluvia
que no debió suceder jamás.
© Javier Díaz Gil
Agosto de 2007
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