LA ÚNICA META
Seguir caminando es la única meta.
Todo es azar.
Una sola palabra puede causar un incendio
o la muerte.
Una palabra no dicha
es una bala guardada para el suicidio.
Saber que estamos aquí y ahora
y que un poema es un silencio
que el tiempo terminará olvidando.
Todo es azar.
Mirar alrededor y reconocerte
en los rostros que te acompañan,
reconocerte también
en los que te ignoran.
La ignorancia desconoce
todo cuanto alcanza la humildad.
Javier Díaz Gil
30 de junio de 2018