Llega el tiempo de la contemplación.
Abandonarse lentamente,
respirar el verde del arrozal y la sonrisa.
Los ojos bien abiertos como llamas.
El tiempo de la contemplación,
tiempo de espera y paisaje detenido.
Saber que sólo eres ahora.
Solo eres ahora y eres la vida
que hay fuera.
que hay fuera.
Y eres
-lo sabes-
la vida que hay dentro,
-lo sabes-
la vida que hay dentro,
la que estaba detenida
aguardándote.
Javier Díaz Gil
Hue, 27/09/2015
Hue, 27/09/2015