martes, 1 de julio de 2014

Un poema de Javier Díaz Gil para empezar julio 2014



LA MARCA DE CAÍN

¿Qué has hecho? ¡Escucha!
¡La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra!
         (Génesis, 4:10)

Cómo reconocer al condenado.

El obligado a vagar eternamente
sobre la tierra.

Lleva sobre la frente la marca
de la ignominia, el fruto negado,
la tierra estéril.

                Ahora sé que el mal existe.

El hermano maldito
derramando la sangre
del hermano.

El dolor
no significa
nada.


Guárdame, Señor, del olvido.
Permíteme
     prolongar
                la memoria.

Si no he de saber reconocerlo,
deja, Señor, que desentierre

quién fue la víctima,
quién el verdugo.

© Javier Díaz Gil
26 de junio de 2014