POEMA MANIERISTA
A veces se me olvidan los sueños.
Cuando despierto, a mi lado
sólo queda una cama deshecha.
En contra de la norma y de las leyes de la física
el viento ordena mis cabellos.
No me sorprendo.
Recibo más de lo que doy.
Tiendo a prolongar la felicidad.
Probablemente sea un defecto que no controlo.
O una incertidumbre.
Vuelo en dirección a las olas
y los pianos me observan detrás de los escaparates
con sus tapas cerradas.
Camino despacio sabiendo de tu boca.
Si estoy aquí, ahora, es porque siento.
Habrá días en que no me encontraréis.
Detrás de mi casa acaba el mundo.
© Javier Díaz Gil
31 de agosto de 2012